
Es Nadie mi nombre, / Y Nadie me llaman / Mi padre, mi madre / Y mis compañeros.
Odiseo
I
Musa, olvida, olvida
La historia del héroe
Que anduvo después
De asolar a Troya
Perdido en la mar.
Olvídala, Musa,
Niégala al poeta
Y al sabio, la ignoren
Las gentes futuras.
Qué importan los muertos
De su espada, cuánto
Las mujeres y diosas
Que venció su cuerpo.
Nada importa, nada.
Olvida mi nombre,
Musa. Recordarlo
Da igual a salir
Nuevamente de Ítaca:
Me matas dos veces.
Prefiero a la gloria
La mendicidad.
II
Es Nadie mi nombre,
Y Nadie me llaman
Mi padre, mi madre
Y mis compañeros.
Es Nadie mi nombre.
Nadie es la palabra,
Nadie es el lenguaje,
La única verdad,
Justificación
De la vida humana.
Es Nadie mi nombre.
Redundo al decir
Que soy el olvido.
III
Circe, piel de loto,
Vino que bebí
Del pecho mordido,
Pies que acaricié
Con delicadeza
De llovizna o pétalo,
Cuerpo al que ingresé
Como el matador
En el laberinto.
Circe, Circe, calles
De miel, ciudad tibia
Que anduve descalzo.
Transeúntes, niebla
Dorada en la cima
De los edificios.
Circe, Circe, olor
De café tostado,
Mujer de ojos negros
Que urdió mi aventura
Con hilo de aurora,
Hoy a ti también,
Aunque no lo quiera,
Imploro el olvido.
IV
Exijo a las Moiras
El fin de mi vida.
Me citen de noche,
Me esperen cantando.
Que corten el hilo
De mi incertidumbre
Con unas tijeras
De plata u olivo
Y a la tierra de Ítaca
Me arrojen desnudo.
Escribiendo sólo
Como mi epitafio:
“Nadie yace aquí,
Que no ha muerto Nadie.”
Poseidón
I
Has perdido a Ítaca,
Ulises, por siempre.
Ya no volverás
A pisar sus calles
Ni verás sus muros
Desde la alta mar.
Te declaro muerto
Para tu familia
Desde este momento.
Nadie va a encontrarte
Siendo devorado
Por las bestezuelas
De la desmemoria.
Y será el océano
Tu sepulturero.
Pagarás muy caro
Que hayas escupido
La cara de un dios.
Ya no te ama el agua,
Ya no te ama el viento,
Callan las sirenas
Cuando te columbran.
Nadie ya te espera.
Te condeno, Ulises,
Al fracaso, al odio
De las olas. Muere
Por tu decisión
Ahora que puedes.
Elige tu muerte,
Náufrago de mi ira.
Elige tu muerte,
Maldito del mar.
Dicen, Poeta, “que la distancia es el olvido” pero yo, -al igual que Roberto Cantoral-, “no concibo esa razón” . Como tampoco las muertes, ni los nadies van conmigo, por más que hayan sido traidos a la vida por tu ícara pluma, tan llena de aire, de vuelo y de altura
Juan Carlos, muchas gracias por leer esos versos, por pasarte por este sitio. Esos breves poemas nacieron en contra de la marea homérica pero, ya ves, se van de las manos. Agradezco mucho tu comentario, y espero que no cese la conversación. Saludos.
Amguiral: Alguna vez Carlos Framb, en una entrevista, me contó la historia o acaso la ficción de un pueblo griego sitiado por muchos días. Sólo una persona podía ser salvada y el pueblo eligió a su Poeta. Con mucha razón, digo yo
Me encanto! Arriba con los nadie!! https://poemundo.wordpress.com/2014/09/26/paranadie/