
“Que mi lenguaje recupere
la simpleza
y la sencillez de lo auténtico.
Que voy cansada de oropelizar el mundo.”
Espacios. Postales de mí, Cecilia González Gerardi. Ediciones El Mono Armado, Buenos Aires, 2014
Cecilia González, “encajaste piedra sobre piedra” hasta apartar sombras y fantasmas de esta mirada tuya. “Cohibida luminiscencia” de tu alma que ante nosotros, lectores, despojas de su cuerpo.
-Noelia-
Llega un momento, en la vida de cualquier ser humano, en el que parados frente al espejo no nos reconocemos. En algún punto del viaje dejamos de apreciar nuestra mirada y nuestros pasos. Simplemente nos perdemos. El retorno a lo esencial a veces es complicado, otras… sencillamente imposible.
Junto a este desconocimiento de nosotros mismos, nos enfrentamos al desconocimiento del mundo. El paso del tiempo, la existencia del ser humano, la facilidad con la que nos abate el olvido, la difícil aceptación de las pérdidas o la vida en general se nos presenta como un acto incomprensible.
Estos temas junto a otros, que van desde el erotismo a la crítica sociopolítica, son los que nos expone Cecilia González Gerardi en su primer poemario Espacios. Postales de mí.
En sus poemas se recogen los pensamientos íntimos de la autora. Si bien son poemas introspectivos, sabe dotarlos de la verosimilitud y universalidad necesaria para que el lector empatice con ellos. De este modo, sus reflexiones íntimas se convierten en las dudas existenciales que nos acechan a la mayoría de los seres humanos.
“La deserción del alma,
que abandona el cuerpo muerto
de ilusiones,
buscando nuevos augurios
en tierras de espera
que ya no puedo pisar”
La autora aprovecha correctamente diferentes formas de composición poética para encauzar una pasión que solo la desnudez del alma inspira a volcar en versos. Ya nos advierte en el prólogo que sus poemas “No vienen al mundo envueltos en papel dorado que al rasgarse dejan las manos vacías” y que “Tampoco pretenden, lector, la mirada indiferente”.
González Gerardi ofrece mucho juego al lector: con sus variables métricas (en rima o verso libre), con la alteración voluntaria del orden sintáctico de los enunciados o incluso ocultando diferentes acrósticos que el lector debe descubrir.
“Del
olor
nauseabundo
del
espíritu obligado a
esparcirse
sincero sin saber dónde está
tu
ánima perdida.”
Es un poemario que respeta tanto al lector como a la poesía leída y recitada. De ello da muestra el excelente aprovechamiento de la impresión, separando mediante guion los prefijos de los verbos o jugando con las tabulaciones, así como las notas a pie de página con la transcripción fonética de voces extranjeras. Esta cuestión, que para muchos puede resultar irrelevante, para mí es insignia del respeto por la poesía y por el lector. Por la poesía en el sentido de dar las pautas para que se recite con la sonoridad debida. Para el lector, por facilitar traducciones que propician un mejor aprovechamiento y disfrute del texto.
Quizá, sobre todo en los primeros poemas, se puede apreciar un uso repetido de infinitivos y subjuntivos que pueden opacar muy ligeramente las primeras composiciones. No obstante, el dominio de la técnica parece afianzarse conforme avanza el poemario. La autora, en ocasiones, impregna sus composiciones con un aire de cierto Romanticismo alemán o incluso de un vocabulario que se dejó oír allá por el Siglo de Oro español “Do el pie apoyo, piso en falso”.
Es un recopilatorio de gran influencia tradicional a la vez que versátil en formas y juegos. Claro ejemplo del momento creativo en que se encuentra la autora. Un período de búsqueda tanto del yo poético como de su lugar en el mundo. Racionaliza bien el espacio y el esfuerzo del lector. Esto, junto al poder de extraversión de la poeta, hacen de Cecilia González Gerardi una autora que tienta a ser leída, seguida y observada en su maduración como poeta.
gotasamargas@literariedad.co
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