
Pedro Arturo Estrada*
Poemas
MONODIA
Ahora que tu cuerpo se dispone a cruzar la frontera más solitaria, dime,
¿a qué grito, a qué palabra te aferras?
—Lucía Estrada.
Aferrarse no tanto
a ninguna palabra
porque todas caen desde el sol
-heridas de tiempo o de hastío-
contigo, con todo
agarradas al aire, hojas del otoño
sobre la calle
A grito alguno, a nada
porque tampoco alcanza
y es denso el clima de la noche
como para andar gritando
a esta hora
A nadie porque apuran
el paso desde atrás
tantas sombras
y al lado sólo susurra
tu nombre
el vacío
*
Quizá al silencio ganado al fin
a fuerza de renuncias, de atarse firmemente a los huesos,
como a un último dique ante la muerte
Reconocer en la luz prenuclear
el pulso de la tiniebla todavía vivo,
el pálpito secreto que aguzó tus miradas de niño
y abrió puertas al otro lado de la noche
que aún permanecen esperando
Merecer esta nieve tardía en la cabeza,
esta fiebre infantil de la edad
Esta vuelta al origen que es de nuevo
la forma más digna de irte.
*
Aprendiste tarde el sabor de una lengua,
el sonido real de las cosas
Ajustar los pasos y el peso del cuerpo
a otra luz, otros ritmos asumiendo un vigor que nunca creíste posible,
un entusiasmo extraño, una febrilidad nacida entre la gente
que cruza por Manhattan arrobada en sus propias gestos,
enajenada o ebria
Como quien advierte su vieja desnudez por vez primera
Y acepta después de todo un traje prestado
*
Entonces de dónde
el creciente murmullo, la paralela voz que asciende
por tus tripas hasta inundarte el cráneo
Ecos de preguntas que nunca respondiste
y vuelven en mitad de la nada
Acaso es preferible no indagar o esperar
lo que al cabo podría ser sólo resonancia
del hueco original que moduló tu nombre
*
Hubo, recuerdas, un lugar para ti,
una casa, una orilla de amor bajo la estrella,
ojos que te esperaron en mitad de la noche
-Y después el vacío te desbordó y huiste
Estar del otro lado fue tu sola ganancia
con tu cara de nadie perfectamente puesta
con tus manos inútiles
tu boca enmudecida
Tu cabeza avanzando no obstante entre la bruma,
obstinada, apurando el aliento
como si aún tuvieras tiempo
como si aún tuvieras mundo
para esperar, para alcanzar
Demorando la hora de saber
Aplazando el instante
de soltar
de abandonar el cuerpo
a la orilla del día
o de la noche.
*
Alguien más en las ciudades que conociste
repetirá tus pasos, mirará de nuevo por encima de los árboles
confiado el amanecer
y sin saberlo exultará en su sangre
lo que tú no entendiste para seguir y resistir
Pero has dicho ya todo
cuanto no era necesario
Fue de lo que se te quedó incrustado
entre pecho y espalda
de lo que debiste haber escrito
de lo que debiste haber hablado
No pudiste
No supiste
No alcanzaste a comprender a tiempo
Y ahora que lo intentas
se deshacen en moho las palabras
agarradas al aire
Cayendo contigo, con todo,
hojas del otoño
sobre la calle.
LA SOLA GRACIA
No obstante, el instinto
de asirnos a los bordes
De mantener la calma
frente al vértigo
La ingenua obstinación
por otro mundo
soñado en el vacío
Esta red de creencias
deshecha por el viento
llamada realidad
La gracia de fingirnos
habitantes del aire
Son el único triunfo
todavía.
MISERIA
Espuria promesa del reino
del país del mañana
cuando sólo teníamos ese trozo de pan
para el día siguiente
Cuando nos guarecíamos de la tormenta
bajo una piedra habitáculo de escorpiones
Cuando apenas podíamos copular en la sombra
avergonzados de nuestro deseo
de acunar esa pequeña llama
ese rescoldo de incendio en los ojos
Miseria de comprendernos mejor
cuanto menos palabras
cuanto menos sueños cumplíamos
cuanto más despojados
Miseria de no sabernos
de no querer saber
De no querer vivir
nada que estuviera más allá de las manos.
MEMORIAL
Hubo un tiempo para el alto sueño del viaje
más allá de la casa, el sempiterno patio,
el comedor penumbroso, el corredor helado
Una hora para la epifanía
del grano de arena y las alas del pájaro
La simetría dorada, la cifra, el continuum
de la música donde fluíamos con los ojos cerrados
Tiempo en el que pagamos con oro toda fe
y aguardamos pacientes el regreso de la gracia
Esperábamos tanto de nosotros
Todo lo dimos, todo lo apostamos
esquivando el aletazo de la incertidumbre
De pronto algo se rasgó
La grieta apareció y por allí
el resplandor del infierno tan temido
La mañana dio un vuelco feroz contra los ojos
El sol se vino abajo
Se hizo polvo el cielo
Y no tuvimos donde poner el pie
que no fuera ya sombra
de lo muerto.
ANÁFORA DEL VIAJE
Haber visto singlar las horas vacías
Haber oído el canto de sirenas
y contemplado inermes el ojo del Cíclope
para nada, para espantar con débil gesto
las moscas que regresan al rostro
Haber esperado desnudos
ante la aurora que avanzó
como una novia entrando en la casa
Haber escuchado todo Bach
todo Mozart con el cuerpo vencido
bajo la araña metálica del clave
con el hueso ingrávido
sobre las armonías del Celeste
Haber leído las páginas
del mismo interminable libro
que fueron todos los libros
en tanto que la vida, otra vida
-no diré más interesante
ni más bella- otra vida
huía veloz por la ventanilla.
(De su libro, MONODIA, inédito).
* Pedro Arturo Estrada –Girardota (Antioquia) Colombia– 1956. Ha publicado Poemas en blanco y negro (Editorial Universidad de Antioquia, 1994); Fatum (Colección Autores Antioqueños, 2000); Oscura edad y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2006); Suma del tiempo (Universidad Externado de Colombia, 2009); Des/historias (Cuadernos Negros Editorial, 2012); Poemas de Otra/parte (Cuadernos Negros Editorial, 2012); Locus Solus (Sílaba editores, 2013) y Blanco y negro (Nueva selección personal de textos, Letera & Co. Editorial, NY, 2014). Ganó el premio nacional Ciro Mendía en 2004; Sueños de Luciano Pulgar 2007; Beca de creación Alcaldía de Medellín 2012, y Premio nacional Casa Silva 2013, entre otros. Textos suyos aparecen en diversas antologías nacionales y del exterior, como Un país que sueña, cien años de poesía colombiana editada en Lisboa; Colombia en la poesía colombiana: Los poemas cuentan la historia; Historia de la poesía colombiana, Casa Silva, Bogotá; Antología de la poesía Colombiana del ministerio de cultura; El país imaginado; Poetry International Rotterdam; Poetas del siglo XXI y Letralia, entre otras. Ha sido varias veces invitado en diversos certámenes nacionales como el Festival Internacional de poesía de Medellín, y del exterior, como Eternity Day (Feria del libro hispano en NY), Rizoma (Instituto Cervantes de Nueva York) y The Americas Poetry Festival of New York, 2014. Fue coordinador de talleres literarios con el ministerio de cultura y algunas instituciones culturales y educativas del país entre los años 2003 y 2012. De igual manera ha sido jurado de los premios nacionales de poesía Porfirio Barba Jacob, José Manuel Arango, Ciro Mendía, Universidad Externado de Colombia y Universidad de Antioquia en años anteriores.
De su poesía escribió en su momento el poeta colombiano José Manuel Arango: “Sus poemas son los de alguien que ha vivido una experiencia, de la que uno siente que vuelve con algún desencanto; alguien que ha dejado atrás, para decirlo con un bello verso suyo, ‘el sueño mal soñado de la juventud’, y ahora busca saber ‘qué de verdad nos pertenece / qué de verdad hemos perdido’. Amarga a trechos, su poesía se orienta sin embargo hacia el misterio, como si tratara de descifrar ‘la aritmética exacta de la muerte’ pero también ‘los signos que Dios escribe / en los dormitorios penumbrosos’.