
Cindy Martínez Martínez *
Poemas de La niebla, el delirio
***
TRAYECTO FERROVIARIO
“El guardagujas”
Juan José Arreola.
Los trenes recorren trayectos
en que falta uno de los rieles
a veces faltan ambos.
Se circula por lugares
donde nadie espera ser conducido
al sitio que desea;
la espera es demasiado larga
y se recurre a medidas desesperadas.
Tantos trenes he visto pasar en mi vida,
el cadáver de un extranjero,
la fonda para viajeros,
un presidio, un edificio ceniciento
y el suelo mediante dos rayas.
Rieles que se pierden en el horizonte,
andenes de estación,
una gran valija
y al fondo del paisaje,
las ruedas sobre los durmientes.
Trenes vagón capilla ardiente y vagón cementerio,
allí los viajeros sufren por igual.
Totalmente destruidos,
los trenes recorren trayectos
en que falta uno de los rieles,
a veces faltan ambos…
***
MÚSICA OXIDADA
A la orilla de la noche
vuelve a sonar la melodía cansada
de la vieja guitarra,
vuelve la polvareda a los recuerdos
y la armónica a los labios de mi abuelo.
Llegan las tías con las ruanas que tejía mi abuela,
los panes de esos años y el café amargo.
Suena de nuevo esa música oxidada
que me despierta de una larga ensoñación.
***
REJA
Tras la reja de la cárcel
un animal llamado tiempo
devora el cuerpo y el aliento.
Las figuras conocidas
son relámpagos de furia
y la luz, un foco triste
amarillo bruma.
Amarilla la pared, el viento, la mar…
Ondulante, la mirada
revoletea, gira, revienta y cruje.
El tiempo anarquista
quizá espera en alguna parte,
en el rincón de otra mirada,
tras la reja, tras el aliento.
***
FOGÓN DE LEÑA
A mi abuelita
Con ropajes de plumas que emanan sahumerios
acompañas el silencio inquebrantable
de estos muros que lloran tintas,
de este sueño que se ha disuelto.
Tus alas, arcanos infinitos,
arropan lo que alguna vez fue nuestro.
Esta casa en ruinas
todavía huele a leños que siguen ardiendo.
***
LA ESCRITURA
Una voz ronca invita a la penumbra,
custodia al solitario,
le vigila el espinazo.
.
Dicta mentiras y murmura verdades,
llueve como runa de flor negra.
Tantas preguntas
espantan las delicadas flores
o abren los jardines,
se siente el aroma mojado de los pinos.
Ciertas veces enmudece
y deja árido lo que solía ser frondoso.
En el desierto se recuerda el ronquido,
las risotadas y las mentiras,
se añora lo que antes fatigaba.
Llueven runas pálidas
susurradas por una voz que es otra,
una voz sonámbula, tramposa,
que yacía en el desierto
del ensordecido corazón.
***
LA VISITA
Hay noches sin luna,
sin durmientes
ni sueño.
El vacío inventando el vacío.
La negrura ocupándolo todo.
Hay noches que escarban dentro de la casa,
que olfatean las medias
y miran a la cara.
Son el diablo invisible,
que despide su olor azufrado.
En esas noches
uno no espera amanecer
y tampoco le importa demasiado.
Esas noches
uno es un viejo ermitaño
y no aspira a ser otra cosa.
Esas noches
el espíritu es rasposo, turbio, acuoso.
Hay noches sin luna,
sin durmientes
ni sueño.
Es el diablo quien revisa el escritorio
y vigila el curso de la creación.
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* Cindy Martínez Martínez, Sogamoso, Boyacá, 1990. Realizó sus estudios en Gestión Cultural y Comunicativa y la Maestría en Escrituras Creativas en la Universidad Nacional de Colombia. En 2010 fue Premio Nacional de Periodismo Orlando Sierra Hernández y ganadora de la mención honorífica en Poesía, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad Nacional. Autora del poemario “La niebla, el delirio” Bogotá- 2013. Participó como joven poetisa en el Festival Internacional de Poesía de Medellín 2014. Actualmente es docente de literatura en la Universidad Uniminuto.