My friends were wise men of the first rank, and we found the problem soon enough: coffee wanted its victim.
Honoré de Balzac, “The Pleasures and Pains of Coffee”. Traducción del francés por Robert Onopa.
Si los días no nos alcanzan para retratar el mundo con precisión, sin que detalle alguno se quede fuera, para ensanchar el alma, o lo que quede de ella. Si las páginas corren a una fatal desembocadura, ríos apresurados de letras ebrias, en una carrera contra el tiempo, sin piedad, amenazadas por la inconclusión, la cacofonía, el adjetivo…
Y si más de cincuenta tazas de café al día no nos sirven para vigilar nuestra propia escritura, asesinos del sueño, pesados ángeles bostezantes, para terminar de conocer a nuestros amigos o, al menos, su manera de parecerse a nosotros en lo cansados sin empezar a correr, en lo muertos en vísperas del nacimiento, en lo abyectos en su espíritu limpio; si el café no nos da una familia.
Que la vida nos permita morir (o tener la voluntad de escribir) como Balzac.
Reblogueó esto en aquíEcatepecy comentado:
Grande también de estatura era Honoré. Gracias por compartir