Armero. Foto tomada de beta.kienyke.com.
Por: Camilo Alzate
Han pasado 35 años desde que una medianoche lluviosa de noviembre el volcán del nevado del Ruíz despertara con un despliegue de majestuosidad y horror, provocando una de las peores catástrofes volcánicas de los últimos cinco siglos. El 13 de noviembre de 1985 una avalancha de lodo y piedras producto de la erupción sepultó completamente la población colombiana de Armero, y en menor intensidad, destruyó también amplios sectores rurales de los municipios de Chinchiná y Villamaría, con un saldo terrible de 25.000 víctimas fatales. El mundo recuerda todavía una foto de aquella pequeña que la naturaleza y la desidia institucional enterraron viva, pero poco se dice de los días previos a la explosión, de Belisario Betancur, el Presidente en funciones que ejercía sus poderes estropeando versos, de la irresponsabilidad de la prensa y la oficialidad que desestimó la amenaza, y poco se dice del volcán, que habló antes pero nadie quiso escucharlo. Las siguientes son notas de prensa y declaraciones de la época que vislumbran los claroscuros de la tragedia.
1973
“piedras brotaban como si fueran / manantiales de dura luz sonora: / subían y descendían las escaleras / hacia el mar, el incienso y la plegaria. / Todo era piedra y luz. / (Sangraba el corazón, el de la piedra / sangraba y el del árbol sollozaba). / Volaba el aire hacia la arena en sueño /sin el consentimiento de la brisa / sometido a los cielos bizantinos, /piedra a gota el Cedrón retrocediendo / hacia la ciudadela y la muralla / como una catarata disecada”. Catarata de piedra, Belisario Betancur.
1978
“revisar las palabras y los gestos, / todo el terror, el gris quemarlo y verlo / como oro ardiendo, como si erupciones / de ceniza abolida, el sexo mismo, / ardiendo el bosque.” Homenaje a Verlaine, Belisario Betancur.
Mediados de 1985
“Ustedes los ambientalistas están obsesivos con el tema del Ruíz, están creando pánico económico y terrorismo”. Acusaciones de Jonás Ochoa, secretario de gobierno de Pereira, durante una disputa con miembros de la Federación Ecológica Autónoma.
15 de septiembre, 1985
“Un eventual desplome de nieve perpetua que elevaría el caudal de los ríos (…) Instrucciones sobre el manejo de la situación se presentarán para que los gobernadores transmitan a los alcaldes, especialmente en zonas adyacentes (…) las medidas buscarán ante todo, tomar las precauciones necesarias para evitar que se presenten eventuales desgracias por esta razón” El Diario del Otún.
17 de septiembre, 1985
“Aerocivil suspenderá vuelos sobre el volcán del Ruíz” Titular en portada del Diario del Otún.
“El volcán no nos debe asustar (…) Hasta el momento no se han presentado movimientos de intensidad lo que no demuestra en los actuales momentos ningún peligro ni lo anterior significa que vaya a haber explosión en próximos días”. El Diario del Otún, páginas interiores.
20 de septiembre, 1985
“Se derritió el Ruíz” Titular de El diario del Otún.
“Por lo anterior puede asegurarse que el nevado del Ruíz de Manizales no ha comenzado a dar señales que indiquen una próxima erupción volcánica”. Nota de Fabio Corrales en El Diario.
25 de septiembre, 1985
“Efectos volcánicos en las haciendas ganaderas localizadas en zonas paramunas cercanas al volcán Arenas…” El Diario del Otún.
26 de septiembre, 1985
“La serenidad que debe primar en lo referente a estos asuntos que tienen relación con la actividad advertida en el macizo del Ruíz, desechando posiciones que tiendan a crear una alarma injustificada” El Diario del Otún.
“Incluyen a Risaralda en mapa de riesgo volcánico” Titular del mismo día.
2 de noviembre, 1985 (diez días antes de la catástrofe)
“El nevado del Ruíz se despojó ayer de su manto de niebla para alegrar con la visión de sus nieves perpetuas la retina de los pereiranos. Alzándose sobre la cordillera, el León dormido enmarcó el paisaje andino en un día soleado, dejándonos para el recuerdo esta postal”. Portada del periódico La Tarde con una foto panorámica del nevado.
15 de noviembre, 1985
“El Ruíz eruptó (sic)”. Portada del Diario del Otún.
13 de noviembre, 2005.
“Los desastres no son naturales, así lo sean los eventos que los generan”. Gonzalo Duque Escobar, experto que monitoreaba el Ruíz, a propósito de los 20 años de la tragedia.
Noviembre 30, 2015
“Nosotros subíamos cada veinte días al páramo porque teníamos un trabajo con los campesinos del Parque de los Nevados. Allá vimos las manchas amarillas de azufre en la nieve y las primeras fumarolas. Desde mucho antes se sabía que el volcán iba a estallar. El asunto es definir que tanto una sociedad reconoce los procesos de la naturaleza y actúa en consecuencia. ¿Se hizo eso o no se hizo? ¿Por qué no se hizo?” Néstor Velásquez, fundador de los Grupos Ecológicos del Risaralda.
1595
“Pero la reventazón que con evidencia vieron y oyeron los de este Reino fue a 12 de marzo, domingo de Lázaro del año de 1595, como a las 11 del día, cuando dio tres truenos sordos, como de bombarda, tan grandes que se oyeron más de 30 leguas por toda su circunferencia, causados de haber reventado este cerro por debajo de la nieve, por el lado que mira al este y nace este río Gualí. Abrió de boca más de media legua en que quedó descubierta mucha piedra azufre y debió, sin duda, hacerse la reventazón por el lodo y faldas que siempre las tenía abiertas por muchas partes, a causa de que debe tener fuego muy profundo y la boca de la cumbre angosta y poder por allí vomitar tanta maleza como arrojó en esta ocasión (…)rebalzando algún tiempo sus corrientes, salieron después con tanto ímpetu, ayudado por ventura de nuevas fuentes que se abrieron en esta ocasión, que fue cosa de asombro sus crecientes y el color del agua que traían que más parecia que agua, fuera masa de ceniza y tierra con tal pestilencial olor de piedra azufre que no se podia tolerar de muy lejos. Abrasaba la Tierra por donde se extendía el agua y no quedó pescado en ninguno de los dos que no muriese. Fue más notable esta creciente que en el río Gualí, en el Lagunilla, cuya furia fue tal que desde donde desemboca por entre dos sierras para salir al llano, arrojó por media legua muchos peñascos cuadrados, en que se hechó de ver su furia más que si fueran redondos, y entre ellos uno mayor que un cuarto de casa. Ensanchóse por la sabana más de media legua de distancia por una parte y otra, mudando por la una de nuevo la madre y anegando la inundación todo el ganado vacuno que pudo antecoger en cuatro o cinco leguas, que fue así extendido hasta entrar en el de la Magdalena, abrasando de tal manera las tierras por donde iba pasando” Fray Pedro Simón en sus Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales.
Noviembre 30, 2015
“Yo estoy de acuerdo en que no se debe enjuiciar solamente al Presidente Belisario por lo sucedido, él era uno más dentro de la institucionalidad. Lo de Armero fue un crimen terrible, un crimen inmenso, pero no fue un crimen de una persona sino de una clase.” Guillermo Castaño Arcila, ambientalista que denunció el grave riesgo de erupción a lo largo de todo 1985.
1979
“Otros dirán por mí quien quise ser, / yo solo sé decir que no lo fui”. El Caminante, Belisario Betancur.
Camilo Alzate – @camilagroso.