Biblia de pobres, del poeta colombiano Juan Manuel Roca

“Por carecer de flechas,
Los mendigos
Arrojaban
A los nobles
Sus propias heridas.
Pero había
Una raza de pordioseros
Más mísera aún:
Robaba heridas ajenas
Y las vendía
En la plaza de mercado.
Con tan burdas armas
Los pobres cruzaron
La noche medieval.”

[«Mester de servidumbre»; Biblia de pobres (<<Biblia Pauperum>>), Juan Manuel Roca, Visor Libros, 2009]

¿Ha cambiado con el transcurso del tiempo la forma de someternos? ¿Son las diferencias de lengua, de piel o religión las que nos esclavizan? ¿O es un tema de razas? ¿Cuántas razas hay en el mundo? En esto pienso, leyendo esta Biblia Pauperum, de Juan Manuel Roca. Y concluyo que son dos las razas que habitan la tierra. Una es el ser humano y la otra el ser que pretende serlo.

La raza pobre que trabaja versus la raza rica que disfruta. En qué nos detenemos para decir quién es pobre y quién es rico. ¿En el dinero? ¿En el poder? ¿Acaso nos llevamos algo de eso guardado (atesorado) en los bolsillos cuando se nos expira el Tiempo? El Tiempo real, el único que importa. El Tiempo que se acaba “de un portazo”. El Tiempo que se esfuma llevándose con él lo que creímos nuestra esencia, nuestro yo verdadero; dejando en la memoria de otros, todos nuestros reflejos.

Preguntas que el poeta a mí me hace, a través de su rebeldía reivindicativa.

La Biblia Pauperum que nos puede alimentar el órgano de la reflexión está en este poemario. Puedes encontrarla entre la rendija polvorienta que se abre entre dos grandes muebles librería. En un espacio que pasa desapercibido a los adictos al brillo, al despampanante ruido que emboba la masa. El exilio voluntario cuando nos regimos por escaparates olvidando la trastienda.

Y es que, ¿quién lo va a negar? Es más fácil vivir sin saber del mundo. Olvidando todo lo que no hable la lengua del dominio, olvidando los gritos que se esconden debajo de nuestra ropa, de nuestros autos, de nuestra comida, de nuestro sueño.

Biblia de pobres de Juan Manuel Roca, no es solo un poemario que habla de la injusticia social, del deterioro del hombre desde su origen, de la violencia como costumbre,  de la necesidad de la falsa creencia, de las batallas entre identidades que son reflejos de sí mismas. Además, es una guía para el quehacer del poeta, del que necesita de abrigo y de amparo de una tradición. Juan Manuel Roca, deja migas que indican con qué libros llenar nuestros bolsillos de eternos peatones.

“[…]
Acaso todo fuera,
El río, los pájaros migratorios,
El general aferrado a su caballo,
La celeste botánica,
La diosa recostada en las terrazas del agua,
El suave poeta que mezclaba
A su tedio gotas amargas,
El dibujante de un reino del oprobio
Y el galope de mariposas en el aire,
Un invención de los cronistas,
La vaga niebla de un país
De improbable existencia […]”

                                               [Crónica de los cronistas]

Quien se acerque a este poemario se va a encontrar con unos poemas irónicos en muchas ocasiones, pero una ironía herida, desencantada.  Una plaza, son estos poemas, en la que gritar que la hipocresía no es transparente y que además chorrea tinta descubriendo el camino. Un altar, son estos poemas, donde ensalzar la figura que a tantos daña. La figura de este ser humano para el que todos nos entrenamos. Un paisaje, son estos poemas, fotografiado sin filtros, dejando al aire unos mendigos que son insignia de las vistas y desenmascarando pordioseros que relamen heridas ajenas utilizando una lengua que aunque visiblemente diferente, saliva como cualquiera.

Noelia Martínez

Lectora que escribe sus percepciones. Amante del lenguaje y sus posibilidades. Colaboro en http://Literariedad.co escribiendo la columna Gotas Amargas.

Un comentario sobre “Biblia de pobres, del poeta colombiano Juan Manuel Roca

  1. Me lleva a la claridad en una espiritualidad distante del ser humano en donde se ve dos clases sin posibilidad de un cambio.
    personalmente creo en DIOS ,en actuar con libertad dejando des mitificar las acciones positivas que siempre han distinguido el ser humano del animal , necesitamos tener esencias creer para fortalecernos en nuestro quehacer pero teniendo razones ,carácter y control de si mismo no siendo cohesionado como borregos al matadero.

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