La vida con las manos

Por: Antoine Skuld 

 

Para la filósofa que piensa también con las manos.

En febrero de 1810 comenzaba una vida que habría de debatirse entre una enfermedad que le conducía rápidamente a la muerte, y un genio que abrió perspectivas artísticas más allá del tiempo y del espacio.

En febrero de 1810, época en que florece el romanticismo, surge como figura  evocadora de toda la sensibilidad de su tiempo, el pálido Fréderic François Chopin. Su vida y su música constituyeron un todo exquisito, combinación de encanto y desazón, música y melancolía; fue la síntesis perfecta de período en que vivieron Balzac y Bellini, Mendelssohn y Heine. Chopin nació el 22 de febrero de 1810 en Zelazowa Wola, aldea cerca de Varsovia, donde comenzó a los seis años de edad sus lecciones de piano con el profesor checo Adalbert Zywny y a los ocho años dio su primer concierto público.

Durante su adolescencia sufrió períodos de neurastenia y depresión: en una época estuvo muy enfermo con inflamación en la garganta, que bien pudo haber sido la manifestación primaria de una infección tuberculosa. El médico de la familia aconsejó que convaleciera en un balneario en Silesia, a donde se trasladó acompañado de su hermana menor Emilia. Allí dio dos conciertos, estrenando su composición para piano y orquesta, Rondó a la cracoviana. En 1826, se enamoró de la joven Constancia Gladowska; más tarde la inmortalizó en su Concierto para piano en fa menor. En febrero de 1827, la vida de Chopin se vio ensombrecida por la tragedia y por funestos presagios cuando su hermana Emilia enfermó de neumonía tuberculosa y murió a los dos meses, deshidratada por los tratamientos de aquella época: sangrías, purgas y cáusticos.

George Sand y Chopin: una pasión invernal.
George Sand y Chopin: una pasión invernal.

Después de graduarse, Chopin viajó, recogió el ardor nacionalista de la música popular polaca y trabajando con ahínco, inició la producción de sus famosas mazurcas, polonesas y cracovianas. Parte definitivamente de Varsovia en noviembre de 1830. Al llegar a Viena consultó al doctor y le diagnosticó que sufría de nostalgia y le recomendó ir a París. Se detuvo en Stuttgart, donde se informó de la sangrienta captura de Varsovia por los rusos. A las dos semanas de haber llegado a París, Chopin ya estaba bien relacionado, se había conquistado las simpatías de compositores como Cherubini, Meyerbeer, Rossini, Mendelssohn, Liszt y había triunfado en los salones parisinos. Chopin se presentó en su primer concierto de París, el 26 de febrero de 1832 sufriendo fiebre héctica; al terminar el recital cayó enfermo.

La recuperación lo dejó pálido, delgado, asténico y atormentado por una tos crónica. En 1836, se encontró con la condesa Wodzinska en Marienbad, y le propuso matrimonio, pero el padre de ella se opuso. Se hallaba muy decaído cuando una de las mujeres más extrañas de la época, Aurora Dupin, conocida en los círculos literarios como George Sand, comenzó a dominar el rumbo de su vida. En junio de 1894 sufre dos hemorragias pulmonares. A principios de octubre del mismo año, estaba continuamente endematoso y disneico. El día trece del mismo mes se sintió tan enfermo que ordenó que le dieran la extremaunción. El compositor ya moribundo, le pidió al editor de sus obras que destruyera todos sus manuscritos inéditos y a su hermana Ludwika que enterrara su corazón en Varsovia y que tocaran el Réquiem de Mozart en su funeral.

La mano del insigne músico: una síntesis de fuerza y sensibilidad.
La mano del insigne músico: una síntesis de fuerza y sensibilidad.

A las tres de la mañana del 17 de octubre de 1849, otro grave espasmo de tos le produjo una intensa cianosis que obligó al doctor a inclinarse sobre el paciente y preguntarle si sufría dolor. Chopin, con una voz apenas perceptible, contestó: Ya no. Y murió en brazos de su hermana.

Fréderic Chopin fue sepultado al día siguiente en el cementerio Pere Lachaise junto a la tumba de su amigo, el compositor Vincenzo Bellini, quien también había muerto de tuberculosis.

Antoine Skuld

Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

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