En la foto, la poeta colombiana.
Esta selección de poemas de Violeta González* se desenvuelve entre la levedad del sueño, y el peso de lo cotidiano transparentado por el encanto que sólo la poesía puede imprimirle al mundo.
SOBRE EL POLVO
pasan sobre mí los helicópteros
cargando bolsas rojas
de agua
la montaña se seca
mi ventana se empaña
dibujo en el polvo
las palabras precisas
para pedir que la próxima nave
apague el incendio
CADA VEZ QUE SUEÑO
vivo en una casa
con un bosque subtropical
de diez metros cuadrados
todo es mío
pero no lo uso, solo
me paseo con libertad fantasmal
sin dejar rastro
siento como el viento se arremolina entre los plátanos
que florecen ahora con conos rosados
y se que en medio de la hiedra
Se rompen los límites
de los mundos.
ME VESTÍ DE AZUL
sin ataduras
formas rotas me rodeaban
tazas despedazadas
Polvo
cartas sin nombre,
yo
de azul
bajo la pasividad del insomnio,
logré sentir la calma
en el movimiento.
es cierto,
quiero lo que controlo
le temo al caos,
pero de azul
los nombres de la cosas
generan la quietud necesaria
para encontrar el descanso
en aquello que es siempre lo mismo
pero que ahora, se acomoda distinto.
MI ALMA HUELE A MELÓN
En una montaña un sabio me dio ocho tiras de lana,
las hizo pasar por mi cuerpo,
limpió así los espacios.
Me dijo que me bañara cuatro veces en el río,
en el lugar donde se unían dos arroyos.
Mi vestido de baño estaba lleno de estrellas.
Respiré profundo,
exhalé tiempo en números pares…
De ahí en adelante todo se divide en fotogramas:
Escucho entre ecos la voz que dice “eres un gasto de energía”,
y ahí la profunda sensación de que es mejor buscar algo menos fósil,
entrar en un silencio, aparecer recargada en una playa.
Entre peces voladores
comí fruta con la mano.
El mar trajo un tronco grueso, lleno de cangrejos,
parecido a mi pasado.
En casa, los amigos y los viajes rigieron las estaciones,
bailamos al medio día, a la tarde, a la noche, celebramos doble cumpleaños.
Las plantas se dibujaron junto a una salamandra
que olía a madera húmeda,
Fuimos juntos a otra playa, una sureña.
Hicimos un cuarto de desnudo,
nos conocimos profundo.
Los invité a todos a entrar en el jardín tropical
juntos y separados espiamos fiestas, comimos galletas dulces
dormimos en vagones con entradas elegantes.
Aprecié profundamente las compañías antiguas,
esas que te conocen desde la infancia, cuando todos éramos feos
y no sabíamos de dónde veníamos.
Aprendí a querer de nuevo
De nuevo a lo nuevo y a lo viejo.
Violeta González es artista visual. Nacida en Bogotá, ha vivido en Buenos Aires la mitad de su vida. Desarrolla su obra alrededor del grabado, el video y la escritura. Ha publicado de forma independiente pequeñas publicaciones de texto y dibujos. En el 2015 la galería Big Sur publicó su serie de dibujos “Cuadrúpedos” junto con el poema homónimo. Desde el 2012 forma parte del colectivo Taller H conformado por un grupo de 16 escritores con los cuales publicó un libro llamado “Tómalo como Viene” en el 2015.
me encantaron sus poemas !!!!!!
¡Mis felicitaciones! Salud.