¿Cómo conservar aquello que se escapa entre nuestros dedos?, ¿aquellos breves momentos que se aparecen de repente y sólo duran un instante?
Esta exposición muestra imágenes del mundo, que vemos como un destello pero queremos congelar; fragmentos de la memoria que se borran en el olvido. A través de quince fotografías, tomadas en Colombia, España e Italia, de personas anónimas que se cruzan en el camino, capturé momentos efímeros que pasaron a mi alrededor.

El camino nos llama, nos invita a seguirlo. El camino no tiene fin, pero a veces debemos detenernos a observar cómo el camino nos contempla a nosotros; a ver cómo el camino pasa al nuestro lado y sigue su rumbo alejándose, dejándonos atrás.

¿Cuántas veces debemos sentarnos solos con nuestras angustias o retraernos del mundo en un rincón, concentrados únicamente en los que dejamos de lado pero siempre llevamos dentro?



A veces el mundo nos regala un espectáculo lleno de color, de intensidad. Un espectáculo que no nos detenemos a ver pero que está siempre allí, esperando para ser descubierto.




El mundo se muestra en momentos de forma distinta; se expone al lado nuestro de otro color, con otra textura, con otra mirada. Detrás de los reflejos aparece un mundo paralelo, el mundo que no vemos con nuestros pero que de repente se deja atisbar.


Sentirse leve, ligero, flotar en el mar como si se flotara en el cielo.


¿Cuántas cosas se pueden decir con una mirada?

Pequeños destellos de luz que repiten al sol mil veces en el mar profundo.
Pedro Pablo Ochoa es Psicólogo de formación, pero aficionado a la fotografía desde hace varios años. “La fotografía es la excusa perfecta para ver el mundo de otra manera, para detenerme a observar los detalles, las perspectivas, es una forma de explorar otras formas de ver las cosas.”
«El sutil instante de lo fugaz» es una selección fotográfica que fue expuesta en Bucaramanga en el año 2013.