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He encontrado un ritmo.
Quebrado. A trozos.
Poblado de artilugios hacia lo inconcebible.
He renunciado a lo complejo. Simple. Claro. Casi piedra.
He soñado decir lo que se mueve. Eterno. Con ciclos. Tangente. Indescifrable.
*
Me encandila ese pez negro
bajo el agua,
que al aire muere,
pero es blanco.
Y lo admiro.
*
A tiempo
No hay más nada ni música
abriendo ventanas.
El olor nauseabundo anuncia la presencia.
Todos sabemos cerrar las puertas a tiempo.
A veces, por una rendija, entra el río
con el sol flotando.
El viento, mudo,
invita al cielo a sorprendernos.
Llueve. Y no hay más.
Solo música.
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Alivio
Es extraño ver el amanecer de espaldas a la tapia,
a esa circular hilera de permisos donde hemos vivido
sin saberlo.
Fue necesario extirpar la posibilidad
para que la carne dejara fluir el desperdicio.
Sin ceremonias,
el ser finito se regenera.
*
De siempre
Cuando llega la tregua, la brecha se hace habitable.
Los minutos gozan de instantes sin tiempo,
y un niño deja de ser niño,
la cavidad oculta del miedo se puebla,
un dios se rinde, nace un afluente sin río,
el último lago desaloja su agua estéril.
Es la idea primera dejando de nacer.
Cuando la tregua nos deja, nada vuelve a estar.
el río quiere ser lago, otro dios se rinde,
ya no quedan niños por crecer,
Y la brecha vuelve a ser una brecha.
Mis saludos a la poeta. Bellas imágenes. 🙂
Muchas gracias. Me alegra que mis poemas puedan cruzar el océano, soy uruguaya, vivo en Córdoba-España desde el año 2000, y el lenguaje me ha hecho viajar. Saludos.
Un placer conocerte poetisa. Recibe mis abrazos.