Agustín Mazzini (Buenos Aires, 1993) es poeta, estudiante de la licenciatura en Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes, y de Abogacía en la Universidad de Buenos Aires.  En 2015 su libro El ciervo blanco (sobre el artista y su oficio) ganó el primer premio del “Concurso Nacional Homenaje a Jorge Luis Borges” de la Fundación ProArte  (Córdoba, Argentina) con un jurado compuesto por Jorge Boccanera, Leandro Manuel Calle y Susana Cabuchi.

Compartimos algunos de los poemas de El ciervo blanco (sobre el artista y su oficio) 

III

Atado

a la misión de esperar al ciervo,

a la inquisición de La Belleza,

a la ensoñación del idioma.

Nadie lo ve venir pero él lo espera

en cuclillas, detrás de los arbustos.

El olor a piel quemada funciona de señuelo.

El ciervo blanco dura un resplandor.

V

Extrae de su chaqueta un manojo

de flores secas. El público, enmudecido.

Extrae una cadena de pañuelos, un ramo

de sueños atado con alambres.

Su lengua es niebla pesada,

su vida, hotel de una sola noche.

El artista repara lo imposible.

Y desde su hambre

compra vacío para cielo ajeno,

relojes que tiritan contra el aire

de una pregunta.

Después, atraviesa espejos en llamas,

desolla bestias que le muerden la sien.

El artista vive como si le faltara algo.

XXI

                                  (el mago)

Si traza muecas en el aire

piensan que es un payaso.

Si juega con el idioma,

piensan que es un lingüista.

Si innova el vestuario,

piensan que es un mendigo.

El mago no sabe rendirse:

enumera lo que le falta,

camina por pantanos de incertidumbre.

Dice que se alimentaría de palomas

si eso le permitiese volar.