Delirio Caribe

San Basilio de Palenque, Bolívar, Colombia. Fotografía de mi archivo personal.

 

No es de ahora este amor.

No es de nosotros

Donde empieza a sentirse enamorado

Este amor por amor que nada espera.

(Fragmento de Raíz Antigua, Meira del Mar)

 

Meira escribió estos versos enamorada tal vez de sus orillas. El viento trae muchos poemas, la bendición del sol sobre nuestros cuerpos. El amor después del amor, como lo canta Derek Walcott. Llega el silbido de Aime Césaire retornando al País Natal, algún antillano con cantos de orishas, un son se baila en la calle del correo. La misma calle que medio milenio atrás recorría un extranjero agonizando de calor sobre su caballo, después del vértigo del barco.

Cerquita y tal vez dos siglos después, una esclava africana se atrevió a aceptar el matrimonio con el heredero tataranieto de aquel blanco. Dicen los que atestiguan en los libros que ese fue un amor atrevido, que empachó la blancura de la catedral el día de la foto.

¿Qué es el amor en esta tierra? La duración, el acontecimiento, el poema, dice el filósofo Alain Badiou. Para Spinoza en cambio es una alegría por una causa externa. Pero hay en las canciones de estos pueblos, en la décima de la rivera y de los festivales, el clima dulce de la melancolía. Incluso la fiesta suena triste, hay también un dejo gris en el baile erótico del pavo y la pava, un cuerpo resistiendo al calor de la tambora.

Hay en Macondo una ruina polvorienta, el desasosiego de cien años de hojarasca. ¿Qué es amar este Caribe que no es de ahora?  Es salir de la ceniza de la historia, de la marginación de un pueblo olvidado y quemado por el sol de un martes de siesta, mientras la locomotora que ya no existe deja su ruido en los parajes.

Es saberse así, múltiple y errante, devoradores de otros mundos, camaleones entre este mar de otros siglos, abierto y democrático, como decía Guillén. El Caribe que alberga todos los lugares y los tiempos.  Diría Martí en su época, que este amor es un enano frente a un gigante de siete leguas que amenaza con llevárselo en sus pisadas. Ese amor es entonces resistir con el cuerpo que baila, que escribe, que incomoda y acepta al otro, que lo acoge en el delirio del orgasmo de esta tierra que pare estrellas para la noche más oscura.

*Introducción al Conversatorio Literatura del Caribe, programado para la Semana Cultural de la Universidad del Magdalena en Santa Marta, Mayo de 2017.

Angélica Hoyos Guzmán

Creo que la literatura es la vida. Investigo sobre las formas de la sobrevida en el mundo contemporáneo a través de la poesía y el arte. Colecciono indicios.

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