Hay unos peldaños al vacío. Imagen: Pixabay
Presentamos esta selección de poemas de «El libro 3» ganador del XXI Premio de Poesía Fernando Paz Castillo del poeta venezolano Francisco Catalano.
“tiene un giro silogístico, lúcido y experimental uso del lenguaje, coherencia discursiva que sostiene su voz, al igual que el juego espacial entre el poema y la página en blanco. Su diálogo interno es conmovedor y auténtico, que ofrece al lector una propuesta dialógica y visual del trabajo escrito con audacia creativa. Aborda el manejo de la duda permanente en el hecho poético y alcanza lo trascendente por su voz íntima, sostenida y profunda”.
Veredicto del premio de Libro 3
Jurados : Ingrid Chicote, Astrid Lander, Jairo Rojas Rojas.
Por Francisco Catalano
l
Lo innombrable suena
sea ahuecando la sordera
o tan sólo destruyendo, rearmando o avivando
todo aquello que no escucha
sea vaciando el hueco del mutismo
porque no es lo que falta del sonido sino
lo que sobra del silencio aquello que dilapidamos en poemas
sea callando la ilegibilidad de la muerte
aunque su inaudible firma se lleva todo
a otro ningún lado quizás, incluso, frente a nosotros
sea ensordeciéndonos con vida
pues su estruendo realmente no descarga nada;
sino que carga con todo aquello que nos devuelve
¿y sobre qué más versará este libro?
(manifiesto que abre el Libro)
Apoyé mi mano a un hueco
y el hueco me sostuvo:
no hay nada más duro que un vacío
yo no intentaba llenar nada
ni expandir la nada que ya había
mucho menos conquistar o barajar
una ausencia antologable
yo sólo me apoyaba, tan así
que aun palpita en mi palma lo inasible
como el ruido de un río que no veo
ahora todo lo que toco es vacío,
la piel de mi mano es la del hueco
y ya no tomo lo que tomo de las cosas
sino lo que no tomo, sus espaldas
¿será la espalda de la espalda este poema?
Bienvenido al presente
Escribir es crear(se) un oído
El colibrí sabe bien cuánto no pesa
Sobreviví cifrándome en aire
El cielo es una abreviatura
¿Será mi palma abierta mi máscara por dentro?
¿Quién sabrá su máscara por fuera?
l es mi puerta
“La rosa
no buscaba la rosa.
Inmóvil por el cielo
buscaba otra cosa”
García Lorca
Todo es un Uno
y no existe un Dos
no existen copias logaritmos
o ciclos o sombras
nada busca al dos que nada busca
Todo grupo es un jardín de unos
pero ser uno no basta
ser uno es demasiado
así, un uno busca a otro uno
pero no para mentir
sumándose o restándose
en las ausencias espaciales
de ecuaciones planas
un uno busca a otro uno
para bailar
para hacer operaciones imposibles
en el espacio potencial de un signo
con una regla circular imaginaria
para infinitar la página
donde están escritos ambos unos
y quizá también todas las cosas
aunque ya no haya cosas
o páginas
o unos
porque uno más uno no es dos
porque uno más uno no es uno
porque uno más uno
es cero
Por aquí pasaron
las lagañas, los tic, las ojeras,
los insomnios, comiquitas,
la lunchera perdida, el mérito a la lectura,
las frutas nuevas, los gritos en la sala,
la ventana rota del hermano ebrio,
la litera, la litera de arriba,
las pantaletas en la ducha,
el balanceo en la reja, su charla, el balón,
el patio, las barras, las planchas,
las conchas de fruta en la sobremesa,
el orden histérico, la misa, la velita,
el piedrero ebrio gritándole al cura en la puerta de la misa,
el cura que lo ignora,
el paso lento de mi padre:
“Vayan, ya los alcanzo”;
el crucigrama de los domingos,
el amolador, las arepitas dulces,
la pijama, el hueco del colchón,
el Whampole, la emulsión de Scott,
el sustagen, el supersustagen, el café,
la piña colada tras el entrenamiento,
el club hípico, las deudas, la lotería,
los cuadernos de caligrafía,
las tareas, las tareas en vacaciones,
los dos goles olímpicos, el ángulo, la trenza del empeine,
los tacos traqueteando el calentamiento en el cemento,
la tierra compacta por la lluvia de anoche,
el aire pegostoso, el espejo al final del pasillo,
el cuarto de hombres, los gritos y más gritos,
la escritura quemada, la desvelada, la mañanera,
el mañanero, el subrayado hambriento,
la ventana sin rejas, y las rejas, y la cota,
y el guarataro al final, y la sala,
y los muebles púrpura de mi abuela,
y mi afonía histórica, y mi largo desierto,
y mi ruido blanco en cataratas por las paredes,
y ¡plop!, y Feliz año, pon la radio, ¡Bendición!,
¡Bendición! Dios me lo bendiga,
que el Espíritu Santo te ampare y proteja,
y que la Virgen María te cubra con su manto:
ya es 1° de Enero, Chao, no se preocupen, ustedes vayan…
Yo paso la llave
Yo tranco la puerta

Francisco Catalano. Caracas, 1986. Poeta. Publicó “l” (2010), título de su primer libro y toda su obra poética; “Libro 2” (2016) y ganador del XXI Premio de Poesía Fernando Paz Castillo con el “Libro 3” (2016). Posee una propuesta de recital poético multimedia llamada REVITAL. Productor del proyecto audiovisual de poesía Página=Pantalla Ganador con el grupo CONTINENTARIO de una beca de coproducción de Iberescena en 2018, España. Fue seleccionado para el laboratorio de Artes Vivas EXPERIMENTA/SUR VI (Bogotá, 2017). Se encuentra antologado en 4M3R1CA 2.0 (Liliputienses, 2017); Nuevo País de letras (Banesco, 2016); Destinos Portátiles (Vallejo & Co, 2015); Jamming (Oscar Todtmann editores, 2014); Voces Nuevas 2005-2006 (CELARG, 2007) y La Imagen, el Verbo (UCAB, 2006). Lic. en Comunicación Social y Letras (UCAB). Vive en Buenos Aires