Foto: Chih Chen.
Presentamos una selección de poemas de María Julia Magistratti (Azul, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1976) del libro El hueso de la sombra (Buenos Aires, 2011). La curaduría estuvo a cargo del poeta colombiano Fredy Yezzed, quien ha consolidado una red de lectura que convoca a veinte voces -nacidas entre 1976 y 1985- que escriben y publican en el territorio argentino. La selección de los poemas de Magistratti se realizó en diálogo con la poeta Gastón Malgieri, a quien agradecemos su tiempo y su trabajo.
Aquí puedes leer la selección completa de poetas.
Las partes
Lleva una soga en la mano
y la soga lleva una vaca entristecida.
Todas las vacas del mundo están entristecidas.
Y si sucede la soga y la vaca,
también sucede el hombre, velado de un ojo,
cantado en la madrugada por los gallos.
El ojo que le falta soy yo que lo miro,
y todo mi cuerpo tiene presión de ojo, viaje de iris,
y me vuelvo absoluta
porque miro a un hombre, una soga y una vaca.
Siempre somos la parte que a otro le falta.
Alguien puede ser ahora las manos que he perdido;
mi mente soplada por vientos que también son de la tierra, pero que suceden adentro,
y mi corazón.
Alguien que tenga un músculo puede ser mi corazón
que me sobra y me falta;
que de madrugada, cuando los gallos cantan,
se abisma
y acontece lejos su abeja entre las flores.
Alguien puede tener lo que nos falta.
Yo tengo ahora un deseo demasiado grande
que se vuelve
hombre,
soga
y vaca entristecida.
Mientras duermes
Hay una dirección contraria a la luz que se desenvuelve mientras duermes,
para que no sientas la muerte de las mariposas,
la caída de los frutos,
la migración de las aves,
el desove de una tortuga.
Mientras el sueño despliega sus sacudidas,
en algún lugar hay barcos que llegan,
seres que destruirían tu calor entre las sábanas con sólo pensarte.
La luz es denuncia.
Las piedras crecen a estas horas
igual que tus uñas
y el pájaro
ocupa toda la jaula.
El corazón irrumpe tu sueño
como un embrión
y el espesor de la verdad
hace sonar los muebles, los mimbres, el látigo que cuelga a solas
detrás de una puerta.
Te levantas con la lengua seca,
son los mares que han girado.
No entiendes si no es con la luz
que palpitas igual al naranjo.
El sol que te fecunda está en las sombras de tus órganos.
Principio
Fechar.
Instalarle al mundo el documento,
la torsión, la lengua.
Empezar a creer.
Y ser el que mendiga el milagro.
El que entra a la lluvia
igual que un sol a un dibujo.
Donde se pongan mis manos
celebraré la luz y el agua
y cumpliré con todos los defectos
de mi cristal mágico y sereno,
de mi caja de universo.
Al cabo, ganará lo intacto.
lo que resolvió ser paloma,
fuente, grano de café, hora.
Es el desencanto:
una matanza sin gritos,
un derrumbe entre dos truenos.
Quedan las frutas,
el barro
la rabia.
Queda la noche toda y heredada.
Incesante el trigo.
Prolíferas las naranjas.
Las fiestas
Venía de los túneles
y asomé los ojos a la tierra:
aparecieron las fiestas, cuerpos humeantes,
cosas que cambian de estado,
pequeñas mutaciones en lo duro y en lo salado.
Puede que a esa hora una flor no recuerde la semilla
y se quede dormido un niño
insistido por el sueño.
Gente que atraviesa las ciudades anochecidas
con un ojo de plástico y uno instintivo.
Puede que comience la cuenta del descuento,
la línea de la derrota de la comunidad
y bocas que van al beso igual al pez que sale del agua.
Algunos se tocan para oscurecerse.
Los que quieren que su montaña sea menos alta.
En las fiestas hay ciertos líquidos que no entran y
sólo el envenenado puede ser el más bueno.
Las menstruantes acobardan sus polleras
de tanto temblar expuestas,
les sonroja el espejismo donde el otro está
agrisado por las luces
sostenido por un vaso y una idea fija.
Más tarde, irán a dejar nacer los imposibles.
Tienen la biología
empalagosa y crecida.
Temen al frío,
temen la puerta que atravesarán a solas.
-Regresar a cualquier sitio es una amenaza-
El caballo que no fue caballo
ahora gira con ojos humanos en la pista de baile.
Si hablas contigo mismo
serás expulsado.
El tiempo cala
no engendra nada
entra
y las medias se corren.
En las fiestas todos son de todos.
El que pretende un dios
atraviesa con su espada borracha
los blancos inodoros.
Las visitas
Arrastras el trapo, el de secar el piso
que, en breve, ocuparán las visitas.
Y deberás colocarte el hombro en su lugar,
tu ojo que anda solo detrás de unas hormigas
y tu pie, que viene del desengaño
a llevarte a sus pequeños cementerios.
Deberás disimular la luna que criaste de pequeña
y tu tabla de la adivinación, allí, secando
después de una rabia o de una lluvia.
Tu pan caliente y tu pan enfermo
debes arrojarlos lejos, porque vienen las visitas.
Y al amor devolverle la temperatura
su color azul, sacarle la venda.
Yo que iba a ser anfitriona
ahora que miro mi reino tapado por la alfombra
quisiera que mis desperdicios no iluminen tanto.
No hay nada intacto aquí,
todo fue, a su modo, atacado por la vida:
las estampas por las arañas,
mis huesos por las vacunas,
las cortinas por miradas de personas.
No tengo gatos, si los tuviera serían los únicos
que sentirían calor de hogar entre mis desechos.
Pero somos livianos, tenemos primitivos los cuatro elementos.
Nuestra tierra también es habitable.
Y aunque mis palomas celen,
en este reino hay niños dormidos abrazados a muñecos.
María Julia Magistratti nació en Azul, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, en el año 1976. Ha publicado los libros de poesía: “Alasitas” (Buenos Aires, Editorial Honorarte, 2004), “Ea” (Buenos Aires, Ediciones El Mono Armado, 2007), “El Hueso de la sombra” (Ed. Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2011) y “Pueblo” (Buenos Aires, La Gran Nilson, 2016) además de participar en varias antologías literarias de Argentina y el exterior.
Es Licenciada en Ciencias de Comunicación por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se desempeñó en diversos medios de comunicación nacionales y latinoamericanos y trabaja en Gestión Cultural coordinando proyectos institucionales, artísticos, literarios y de bibliotecas. Fue además impulsora de la Red Federal de Poesía y de los Festivales Internacionales de Poesia: “Tecnópolis 2015” y “Poetica- CCK 2015”. Es co-directora del sello editorial “La Gran Nilson”. Es Coordinadora de la Unidad Institucional de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y Directora de tesis de la Maestría de Escritura Creativa de la UNTREF -Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Magia
Estás adivinando.
Sos este animal de brujería cuando estás sola.
La costura que une tu cuerpo con el pensamiento, se suelta,
y sin gobierno, pastas entre los pastos,
mientras pasan por el aire, giratorias muñecas, ojos de vacas,
lágrimas sueltas, hojas del otoño anterior.
Y late más tu dedo índice.
Y late menos tu hombro: el cargador sombrío y brusco, su persona toda
sin nada que hacer.
Está la que produce las preguntas y se pierde en lo que dispara.
Y aquella que vio morir a su madre y se quedó sin país,
con todos los fondos de calles y los muertos de miedo.
Y una cabeza de terciopelo, natal, que sale de un útero.
Todo esto que pasa por el aire cuando estás adivinando, con las fechas precisas.
Del libro El hueso de la sombra, Buenos Aires, 2011