Imagen: Rhian Swierat.
Presentamos este poema cosmogónico de Ray Bradbury en Hecho a mano, nuestra edición de marzo de 2019, porque está dedicado a los carpinteros que construyen vida entre el tiempo y el espacio.
Somos los carpinteros de una catedral invisible
¿Nuestro taller?
Cañaveral.
¿Nuestros carpinteros?
Los astronautas y todos los que construyen para enviarlos a tejer
Una telaraña de luz, sonido y vida entre el tiempo y el espacio.
No sabemos por qué construimos y aun así construimos.
¿Tendré que explicarte por qué?
Nuestro último medio de transporte,
El cohete.
Nuestro último destino,
La Luna. Marte. El Universo.
¿Nuestro mejor escenario?
Cabo Kennedy. El Edificio de Ensamblaje de Vehículos Espaciales.
Tan grande o más que la catedral de San Pedro de Roma.
Una guarida para el Palacio de la Ópera de París.
Donde el Big Ben, encerrado, pudiera dar la hora de los sistemas estelares y de las nebulosas.
Donde los más célebres actores de la función tuvieran que atravesar nuestras visiones y electrificarnos la mente.
¿Con qué propósito? ¿Para qué? ¿Por qué deberíamos ir al Espacio?
¿Por qué posarnos en la Luna para visitar Marte y soñar con Alfa Centauri?
Déjame explicarte las Razones.
Déjame mostrarte Por Qué.
Ray Douglas Bradbury (Estados Unidos, 1920-2012) es conocido principalmente por obras narrativas como Crónicas marcianas y Fahrenheit 451, pero él fue, ante todo, un poeta. Un gran poeta.