Diseño de portada: Daniela Gaviria.
De lo celeste
Nunca un cielo tuvo tantos caminos
Vicente Huidobro
Nuestra edición de junio de 2019 se inspira en el solsticio que ocurre alrededor de los días 20 y 21 de este mes. Se inspira, ante todo, en la relatividad de este suceso ante los ojos del mundo, siempre diversos, siempre múltiples y divergentes. Al solsticio se le llama de verano en el hemisferio norte o de invierno en el hemisferio sur, y en los países tropicales, como el nuestro, el solsticio es un asunto no de luz sino de matices de luz, no de sol sino de soles.
Colombia, en ese sentido, no es un país sino muchos. Una luna serpenteante juega en sus selvas; otra, de la cual apenas se ve su cola por fuera del agua, se hunde en el Pacífico. Una luna negra baila en el Caribe con la marea estelar y otra, que crece un centímetro cada año, asciende a los Andes, tan distinta como la que corre como un potro desbocado por los llanos orientales.
Lunas de Colombia y lunas del mundo, lunas frías de la larga noche y lunas de sangre, diosas que nos han mirado siempre desde las aguas del Cielo: Seucy, Chía o Selene; en ellas pensamos para trazar una imagen del Espacio donde somos tan solo pequeñez de pequeñeces. El arte nos deja ver por la ventana hacia el esplendor del Universo: hay más estrellas en el Cielo que granos de arena en la Tierra. Y la Estratósfera nos hace saber de lo celeste a través de los cristales de agua lluvia.
Por esta razón, la lluvia protagoniza la edición con selecciones de poemas a su nombre, de poetas como Hugo Mujica, José Manuel Arango, Eva Yárnoz, Jacques Prévert y Gabriel Merino López quien, desde Oaxaca, México, le escribe en mixteco a la madre de las cosechas.
Nancy Mendoza y Tatiana Velandia nos presentan un ensayo, con traducciones propias, a propósito de Queen Mab, a Philosophical Poem, en el que Percy Bysshe Shelley viaja a través del oscuro cóncavo. Angélica Rodríguez Vargas nos hace partícipes de un diálogo en las esferas entre Vicente Huidobro y Ray Bradbury, poetas con órbita propia.
Elbert Coes nos ofrece un cuento sobre un mundo futuro donde la ciencia viaja a los confines del Universo buscando aquello que tal vez ya había encontrado y Alejandro Medina, de un modo sugerente, nos comparte un relato que introduce por pasillos y habitaciones hacia los límites de la identidad: La casa que es el mundo, estrella que habitamos.
Las imágenes de la edición, en su mayoría, son cromos del Álbum de Historia Natural JET, entre los años 1960 y 1980, seleccionados, por su calidad y su nostalgia, por Daniela Gaviria, nuestra editora gráfica.
Les invitamos a leer esta edición y a compartirla (nos encuentran en todas las redes sociales como @Literariedad).
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