La imagen del universo en ‘Queen Mab, a Philosophical Poem’, de Percy Bysshe Shelley

Imagen: Júpiter. Cromo 502. Álbum de Historia Natural JET, 1982.

 

Nancy Mendoza y Tatiana Velandia nos presentan un ensayo, con traducciones propias, a propósito de Queen Mab: a Philosophical Poem (1813) de Percy Bysshe Shelley. Las ensayistas y traductoras evidencian los conocimientos del poeta en astronomía,  invitan a leer con respeto y admiración este poema que pone de manifiesto «la ridiculez de la idea de que somos únicos en el cóncavo negro […] la insignificancia de nuestra existencia en el espectáculo cósmico».

 

La imagen del universo en Queen Mab: a Philosophical Poem de Percy Bysshe Shelley (1813)

Nancy Mendoza
Tatiana Velandia

 

El fragmento aquí traducido fue extraído del poema Queen Mab, a Philosophical Poem escrito en 1813 por el poeta romántico inglés Percy Bysshe Shelley. Nacido en Field Place en 1792, Shelley vivió en una época trascendental en el estudio de la astronomía. Al ser, desde sus primeros años, un entusiasta de la ciencia, desarrolló una enorme pasión por la química, la electricidad, la óptica y la astronomía, esta última tuvo una gran influencia en su poesía (Bieri 78).

“La astronomía de Shelley se basaba en una combinación de experiencias, textos y teorías científicas. En Inglaterra, la ‘edad dorada’ de la astronomía empezó en 1780 con más cometas, meteoros y representaciones de los mismos como nunca antes o después se vio” (Gaull 586). Al ser un inglés instruido, el poeta se valió de su vasto conocimiento en ciencia para lograr una potente combinación con la literatura, su otra pasión.

Shelley era autodidacta, aprendía sobre astronomía gracias a la lectura de libros, la experiencia con el telescopio, la experimentación con la ciencia y su posición como discípulo. Fundamentó sus teorías en grandes pensadores como Milton, Herschel, Darwin y su primer tutor, James Lind (Gaull 580-87).

Medwin, citado en la obra de Bieri, afirma que los estudios del poeta en astronomía lo llevaron a desarrollar “una fascinación por la idea de una pluralidad de mundos” y lo describe en su práctica como: “Observing Saturn through a telescope, Shelley thought its atmosphere seemed proof that it was inhabited like Earth. Believing ‘some planets being more favoured’ than ours, he ‘was enchanted with the idea that we should, as spirits, make the grand tour through the heavens’” (79).

“El autor perteneció a la segunda ola del romanticismo cuyo trabajo ve la materialización de la ciencia y la exploración del tiempo” (Wiegan Brothers 18). Existía en el autor una latente necesidad de relacionar la ciencia con el arte, basándose en sus conocimientos de la realidad observada a través de su práctica científica y lo lograba al ofrecer un panorama vívido del universo, su representación del espacio se podría considerar precisa con respecto a los conocimientos populares de la época.

Bien describe Laniel el estilo particular del poeta, cuando dice:

Shelley had always seen the scientific discourse of his time as a source of metaphors to express the nature of poetic creation. He was particularly drawn towards astronomy, optics and physics since they generated new conceptions of light. Shelley considered them as the condition of perception and thought, and therefore, in his works, scientific descriptions of light, of its nature and its behaviour, came to symbolise the ability of poetry to apprehend and convey the poet’s visionary insights. (Laniel, párr. 1).

Cabe señalar que Queen Mab fue producido durante sus primeros años como escritor, lo que es evidente en la estructura de la composición.

La edición de 1821 es especial, ya que contiene varios aspectos únicos en relación a la publicación del poema, abre con un prefacio del editor que critica la censura y el despotismo a los que la prensa londinense de la época se subyuga y narra el ambiente en el que libreros estadounidenses deciden publicar esta edición bajo su supervisión, en la que confía se hará justicia al autor y cuyo objeto es llegar a todas las clases sociales, por ello la baratura y la portabilidad del libro.

Posteriormente, la edición incluye una carta dirigida al editor del semanario londinense “The Examiner”, enviada por el mismo Shelley, en la que solicita incluir la explicación sobre el contexto en el que se origina el poema: el de un joven de dieciocho años de espíritu inmoderado que, en el mismo año de escritura del poema, entregó algunas copias a su círculo cercano y, por lo tanto, se autoexonera de toda responsabilidad legal que derive de esta publicación desautorizada, por la divulgación de ideas hostiles en forma de protesta contra el sistema de inculcación de la cristiandad y la excelencia de la monarquía.

A esta carta le sigue “Ode to the author of ‘Queen Mab’”, una oda escrita en 1815 por el firmante R. C. F, un amigo del editor, quien exalta de antemano el genio de Shelley. Luego, se incluye un argumento recuperado de la publicación The Theological Inquierer o Polemical Magazine, de 1815, en el que se expone cómo en los nueve cantos, Shelley plantea sus opiniones morales y filosóficas a través de la ficción y la poesía.

El argumento del poema se desarrolla en torno a dos personajes, la Reina Mab e Ianthe, una hermosa mujer que cae en un profundo sueño y cuyo espíritu es conducido por la Reina Mab a un viaje por el universo para concederle la verdad sobre la ruina del pasado y el presente, y la esperanza sobre el futuro de la humanidad.

Queen Mab expone a las grandes instituciones como enfermedades sociales y dibuja un universo visionario en el que se revela la oscuridad de la humanidad y la búsqueda del estado de perfección humana a través de un viaje por el tiempo y el espacio. Se presenta en esta traducción la representación del cosmos durante el viaje de la Reina Mab e Ianthe, la evocación del imaginario poético y la ficción con la que el autor desea expresar sus opiniones morales y filosóficas, al valerse de los conocimientos científicos de la época como recurso literario: “El de Shelley es un cielo envolvente, infinito, poblado de estrellas, planetas, asteroides, nebulosas en evolución, volcanes lunares y extraterrestres. En la Reina Mab, Shelley describe el firmamento como un ‘cóncavo oscuro’” (Gaull 587).

Al final de la edición, se encuentran una serie de notas científicas escritas por el mismo Shelley, en las que revela de manera directa las ideas que se alentó a plasmar en el poema. De esas notas, la primera y la segunda hacen referencia al fragmento analizado para completar líneas de sus textos desde la perspectiva astronómica.

El fragmento corresponde al primero de los nueve cantos del poema y sirve de génesis a una elocuente crítica social al cristianismo y a la monarquía que envuelve la ciencia y la literatura con un tono romanticista. Inicia con la narración del profundo sueño en el que cae la hermosa Ianthe en medio de una noche de luna ancha y amarilla. La Reina Mab aparece en su cuadriga, desciende y, luego de un período de contemplación, sustrae el alma de Ianthe, pura, hermosa y desnuda, pues ya se ha separado de lo terrenal. El hada invita al espíritu a abordar la cuadriga para conferirle la verdad. Así, ambas inician el viaje que recoge una precisa y deslumbrante imagen del universo, semejante en belleza y exactitud a lo que divisamos en este siglo con nuestra tecnología.

 

Queen Mab, a Philosophical Poem

Canto I
Fragment

Seemed it that the chariot’s way
Lay through the midst of an immense concave
Radiant with million constellations, tinged
With shades of infinite color,
And semicircled with a belt
Flashing incessant meteors.

The magic car moved on.
As they approached their goal,
The coursers seemed to gather speed;
The sea no longer was distinguished; earth
Appeared a vast and shadowy sphere;
The sun’s unclouded orb
Rolled through the black concave;
Its rays of rapid light
Parted around the chariot’s swifter course,
And fell, like ocean’s feathery spray
Dashed from the boiling surge
Before a vessel’s prow.

The magic car moved on.
Earth’s distant orb appeared
The smallest light that twinkles in the heaven;
Whilst round the chariot’s way
Innumerable systems rolled,
And countless spheres diffused
An ever-varying glory.
It was a sight of wonder : some
Were horned like the crescent moon;
Some shed a mild and silver beam
Like Hesperus o’er the Western sea ;
Some dash’d athwart with trains of flame,
Like worlds to death and ruin driven;
Some shone like suns, and as the chariot passed,
Eclipsed all other light.
Spirit of Nature! here –
In this interminable wilderness
Of worlds, at whose immensity
Even soaring fancy staggers,
Here is thy fitting temple!
Yet not the lightest leaf
That quivers to the passing breeze
Is less instinct with thee;
Yet not the meanest worm
That lurks in graves and fattens on the dead,
Less shares thy eternal breath!
Spirit of Nature! thou,
Imperishable as this scene –
Here is thy fitting temple!

 

Reina Mab: un Poema Filosófico

Canto I
Fragmento[1]

Parecía que el sendero de la cuadriga
Se extendía por el medio de un inmenso cóncavo
Refulgente de millones de constelaciones, teñido
De tonos de color infinito,
Y con un cinturón semicircular
Destellando meteoros incesantes.
El coche mágico avanzó.
Mientras se aproximaban a su destino,
Los corceles parecían ganar ligereza;
El mar ya no se distinguía, la tierra
Parecía una vasta y sombría esfera;
El claro orbe del sol
Por el oscuro cóncavo rodaba;
Sus rayos de luz veloz
Se partían en torno al presuroso viaje del carruaje,
Y caían como ingrávido rocío del océano
Asperjados por la marea hirviente
Ante la proa de la nave.
El coche mágico avanzó.
El orbe distante de la tierra parecía
La luz más insignificante titilando en el cielo;
Mientras que en el sendero de la cuadriga
Rodaban sistemas innumerables
E incontables esferas esparcían
Una gloria siempre variable.
Era una vista maravillosa, algunas
Cornudas como la luna creciente;
Algunas emitían un afable y plateado haz de luz,
Como Héspero sobre el mar del oeste;
Algunas surcando con colas de fuego
Como mundos conducidos hacia la muerte y la ruina,
Algunas brillaban como soles y, al pasar la cuadriga,
Eclipsaban cualquier otra luz.

¡Espíritu de la Naturaleza! Aquí,
En esta jungla interminable
De mundos, en cuya inmensidad
Incluso tambalea la fantasía,
¡Aquí se encuentra tu digno templo!
Ya ni la hoja más liviana
Que se agita al paso de la brisa
Tiene menos instinto que tú;
Ya ni el gusano más malvado
Que acecha en los sepulcros y se atiborra del muerto,
¡Comparte menos el aliento eterno!
¡Espíritu de la Naturaleza!, ¡tú!
Imperecedero como esta escena
¡Aquí se encuentra tu digno templo!

[1] Traducción propia.

Consideramos el fragmento del poema como el más contundente en términos descriptivos del universo, se hacen evidentes las alusiones al cosmos y a sus imágenes. La descripción del recorrido cósmico es minuciosa y las magníficas palabras de Shelley describen de manera verídica sus observaciones.

En el segundo canto, página quince de la edición, el poeta realiza, asimismo, una pequeña descripción de lo observado en el viaje sideral; sin embargo, las imágenes de la realidad del espacio descritas por el autor en el fragmento del Canto I, detallan la naturaleza del universo. La alusión a la oscuridad del cosmos y a los cuerpos celestes es certera y se extiende por cuatro versos descriptivos del paisaje.

Es fácil imaginarse el universo en la actualidad desde la perspectiva que nos han permitido los grandes avances tecnológicos desde mediados del siglo XX en el campo de la fotografía del cosmos. Esto hace especial la capacidad descriptiva del autor en cuanto al detalle que le confiere a la imagen tan apropiado para ese instante de la narración, a pesar de que, a inicios del siglo XVIII, la astronomía tenía aún mucho camino por recorrer en la observación de los cuerpos celestes y el comportamiento del cosmos.

Shelley pinta un universo lleno de luz de color infinito que emana de constelaciones y meteoros, del orbe del sol, la tierra y otros cuerpos celestes, que contrasta con el cóncavo negro que representa el telón de fondo. Este rasgo fulgente del universo es comentado en la primera nota científica adjunta al poema, en la que Shelley habla sobre la refracción y la velocidad de la luz, basado en los datos científicos disponibles.

Shelley desmonta cualquier remanente de geocentrismo, desplazado ya tres siglos antes por el modelo heliocentrista de Copérnico, durante el relato del viaje, al atribuirle al universo que sirve como lienzo de su escena, las características no solo de pluralidad e infinitud de forma entendible pero no explícita, sino también, al cambiar de una visión macroscópica del universo a una microscópica de la tierra (Page 64) divisada por sus personajes a la distancia como cualquier otra luz tintineante en una jungla de orbes que ruedan en el cielo. Lo anterior lleva al lector a plantearse la relatividad de la condición humana respecto a la inmensidad del universo (Page 64), pleno de otros mundos, rasgo determinante en la ridiculez de la idea de que somos únicos en el cóncavo negro, es decir, permite pensar en la insignificancia de nuestra existencia en el espectáculo cósmico.

Resulta interesante el término cóncavo negro para hacer alusión al espacio en el que ruedan los orbes del sol y otros planetas. La referencia a la concavidad hace pensar en el cielo profundo y en los incontables sistemas que lo habitan, o en las lentes de los telescopios reflectores necesarios para ver objetos en la lejanía del espacio; hoy podemos decir que con este término Shelley parece anticipar una de las características geométricas del universo. La constante evocación a esta palabra en la obra de Shelley ciertamente no es arbitraria, evidencia los conocimientos científicos en el periodo romántico, durante el cual, el cielo y el espacio se secularizaron, pero también se expandieron (Gaull 587).

En la nota científica dedicada a las líneas del canto I, Whilst round the chariot’s way/ Innumerable systems rolled, Shelley refiere el misterio y la grandeza de la contemplación del universo como argumento en contra de la deificación cristiana del universo y todas las falsedades que se tejen en torno al mito cristiano, lo encuentra antagónico al conocimiento de las estrellas. Los motivos del cristianismo no parecen suficientes ante la vastedad y la pluralidad del cóncavo que reúne incontables sistemas, millones y millones de soles a los que concurren un sinnúmero de planetas, y así, da fundamento a su rechazo a las “creencias cristianas” (Bieri 76).

El fragmento analizado resulta por lo tanto un aporte importante en términos literarios a la búsqueda de la unión de la ciencia y el arte.  Shelley se impone como un poeta imaginativo, pero también fiel a sus conocimientos científicos y, sobre todo, a su pasión por la astronomía.

A pesar de que el poema fue concebido como una historia fantástica de revelación de la calidad humana, se aprecia la representación del espacio como un espectáculo leal a las auténticas observaciones del autor y las nociones contemporáneas de astronomía. Shelley capta la magnificencia celestial y es capaz de transmitir la asombrosa belleza del universo, la sublimidad del concepto del tiempo y, de alguna manera, del viaje místico a través de él (Page 64), como lo harían Verne y H. G. Wells, quienes plantearon posteriormente la idea de la máquina del tiempo en su literatura, usando la ciencia como recurso poético.

Lee aquí toda nuestra edición de junio.

 

Referencias

Biery, James. Percey Byshee Shelley, A Biography: Youth’s extinguished fire, 1792-1816. Delaware: University of Delaware Press. 2006. Impreso.

Gaull, Marilyn. “Shelley’s sciences”. The Oxford Handbook of Percy Bysshe Shelley. Reino Unido: 2013, OUP Oxford. 577-593. Impreso.

Laniel, Sophie. “The Anatomy of Light: Astronomy, Optics and Wave Dynamics in Percy B. Shelley’s Epipsychidion and The Triumph of Life”. Études anglaises. 28 Octubre 2010: 73-87. CAIRN. 7 Junio 2019 https://www.cairn.info/revue-etudes-anglaises-2010-1-page-73.htm#.

Page, Michael R. The literary imagination from Erasmus Darwin to H. G. Wells: Science, evolution, and ecology. Inglaterra: Ashgate, 2012. Impreso.

Shelley, Percy B. Queen Mab: A Philosophical Poem. New York [i.e. London]: Impreso por William Baldwin and Co, 1821. Impreso.

Wiegand Brothers, Dometa. The Romantic Imagination and Astronomy: On All Sides Infinity. Springer, 2015. Impreso.

 


Nancy Mendoza, Revista Literariedad(*) Nancy Mendoza es Máster en Traducción Especializada de las Lenguas Española e Inglesa de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y licenciada en Filología e Idiomas de la Universidad Nacional de Colombia. Profesionalmente dedicada a la corrección de estilo en español y a la traducción en combinación de lenguas inglesa y española. Interesada en la investigación traductológica.

 

Tatiana Velandia, Revista LiterariedadTatiana Velandia es Licenciada en Filología Alemana y traductora con diploma de Magister en Traducción de la Universidad de Córdoba. Sus intereses se ubican en torno a la traductología, la glotopolítica y la angustia que sepultó al Siglo XX.

 
Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

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