Foto: Nick Fewings
Les presentamos, en nuestra edición de septiembre dedicada a las Ciudades, tres poemas tan desgarradores como profundos, de un poeta que es ya un mito en la literatura colombiana: Carlos Héctor Trejos Reyes*.
La ciudad homicida
Esta ciudad me matará de todos modos.
Llevo sus calles como una infección
Que entró por mis pasos lentamente
Y ahora impiden darme a la fuga.
Conozco las fronteras donde tal vez
Me esperen mejores vientos, pero,
Es imposible zafarme de las miradas
De la gente, que esperan mi suicidio
De un momento a otro,
Y no quiero que sean
El nudo corredizo de mi soga,
No se lo merecen.
Me he dado desde hace tiempo a olvidar,
Olvidar las casas, los rostros de mis vecinos,
Ese maldito cielo siempre encima de mi cabeza
Y los barrotes estáticos de los montes
Que me encierran como a un raro animal.
Pero, nada cambia ahí adelante.
Siguen atormentándome con su presencia.
Yo también agrego mi cuota de tormento
Al verme en el espejo
Cuánto quisiera ver otro en él y no a mí,
Otro que se pasee en mi lugar
Por esta ciudad que me va matando
En cada esquina.
Pagano
Debe ser de noche en Atenas,
Y los Dioses han olvidado esa tierra
Donde rigieron a su antojo
La voluntad de lo hombres.
Lejos, sin conocerla, quisiera estar
Junto a los templos destruidos
E invocar de nuevo su presencia,
Reparar el daño que les ha hecho el tiempo;
Levantar los capiteles.
Recordarle a los habitantes, que allí,
Más que en ninguna otra ciudad
El cielo estuvo más cerca que ahora.
Que se debe volver a Ellos
Y no al omnímodo señor
Que sólo reina en las mentes
Unilaterales y mezquinas.
Que arda y se consuma mi casa
A este otro lado del mundo, como ofrenda,
Con tal que el Olimpo se levante de las ruinas.
Entre la espada y la pared
Podrías ayudarme cuando te diga
Que me siento mal.
Que algo me amenaza sin saber por qué.
Que alguien día y noche
Busca decapitarme con su espada.
Podrías ayudarme si te digo
Que no confío en nada,
Porque todo me acorrala y del laberinto
En el que pensé burlar a quien me fustiga
Sólo me queda una pared
En donde apoyar la cabeza.
Me podrías ayudar si te digo
Que soy esa espada y esa pared.
* Carlos Héctor Trejos Reyes (Riosucio, Caldas, 1969─1999) es autor de Ashaverus (1995) y de Manos ineptas (1995), libros como pocos en la literatura colombiana. Un autor sin parangón entre los poetas de fin de milenio.