Imagen: Veranera del Parque El Lago, por Daniela Gaviria.
Les presentamos, en nuestra edición de septiembre dedicada a las Ciudades, dos cuentos de Albalucía Ángel, la universal escritora pereirana; pinturas breves con todo el color de nuestra ciudad, tomadas de la Narrativa completa de la autora publicada por la Secretaría de Cultura de Pereira en 2019.
Paisaje del Otún
A Rodrigo Arenas Betancur
Ahí está me codea Rudesindo, y yo la veo. Airosa, con las trenzas boliando, la minifalda dejando ver los muslos casi casi en sazón, la blusa roja estrecha, los botones de arriba como al descuido, sueltos. Los pechos levantados duritos duraznitos me imagino tocándolos con la yema de los dedos los pezoncitos tiesos bajar por dentro hasta el ombligo por esa piel tan suave y entrar despacio en el nidito chiquito blanditico sentirla remilgada al principio para después abrirse despacito poquito papacito las paredes lisitas yo arrozudo arrozudo acariciar muy lento el caderamen de mujer grande ya avemaría qué belleza eso sí es lempo de hembra pero mosquea y sigue andando, con su caminadito de mula por entre aquel polvero que levantan los buses que suben a La Popa, adioscorazóndeotro, le grito para que oiga, pero ella no se inmuta, pizpireta, coqueta pandereta, ¡quien se estará creyendo!, langaruta.
De pronto pasa un bus como un caballo loco y el gentío corriendo mientras se ve al chofer dando berridos, ¡ábranse, voy sin frenos!, y ese es Olimpo, oigo que chilla Rudesindo, que sin saber ni cuándo se levanta, para salir arriado, falda abajo.
¿Ustedes son turistas?
A Gabo y Meche
pero entonces la gente inventaría
jaulas para cazar paisajes
Luis Vidales
Pasa uno por la octava y más o menos a dos cuadras del Lago Uribe Uribe se encuentra el hombrecito sombrero de jipa acuclillado la espalda recostada en la puerta de reja del almacén Metálicas Palmira no se lo pierda que es barato anuncia en tono paisa mordiendo una manzana de esas que traen de Chile mientras la gente que vino a ver Semana Santa y está midiendo calles novelereando las vitrinas le forma cola para pesarse en las balanzas que él tiene en fila tres y cómo así ¡si yo no peso tanto! le oí quejarse a una señora y él ¡ah! ni riesgos doña pésese en esta que sí es buena y ella coqueta ballenuda vestido de shantung y un floripondio blanco en el escote se para en la del medio ahora sí sesenta y dos casi sesenta y uno mirando de reojo la vitrina peinándose los rizos bajándose sonriendo treinta centavos ¿no? con un colmillo de oro y chaíto pues se aleja taconeando rodillijuna satisfecha. Olorosa a alhucema.
* Albalucía Ángel. Es una de las escritoras colombianas más reconocidas del siglo XX. Estudió Letras y Arte en la Universidad de los Andes. Se ha desempeñado como periodista y crítica de arte y cine. Realizó estudios de Letras y Arte en París (en la Sorbona), Roma y Londrés. Ha publicado las novelas Los girasoles en invierno (1970), Dos veces Alicia (1972), Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón (1975), Misiá señora (1982) y Las andariegas (1984), y el libro de cuentos ¡Oh gloria inmarcesible! (1978).