Por Daniela Gaviria y Sara Gaviria.
El Guernika aborda el conflicto de manera diferente a como se hacía tradicionalmente: no se exalta la fuerza militar, ni se muestra la guerra como algo heroico. Se muestra su verdadera cara: el dolor y el sufrimiento de los civiles.
El Guernika es un antimonumento: no resalta la historia, sino que la denuncia. Pablo Picasso ilustra el horror que no puede describirse con palabras, obliga a encararlo de frente, a observar lo que falla en la humanidad; así duela hacerlo. El cuadro es una afirmación, un definitivo: nos dice la verdad.
Impresionante…