Imagen: Andrei Sokolov
En nuestra edición de mayo-agosto de 2021: Otros mundos posibles, les presentamos una selección de poemas sugerentes y narrativos de Jacobo Cardona Echeverri que recrean y resignifican escenas de películas clásicas.
La guerra de las galaxias (1977)
Escena 62
El joven e inexperto soldado se dispara a sí mismo con la pistola de rayos láser. Aún bombea el corazón de la materia oscura.
Escena 208
Dos jóvenes princesas pasean por la calle bajo una misma sombrilla. No tienen nada que decirse, ni cosa alguna qué lamentar. Los colores de los carteles de conciertos y espectáculos circenses pegados a las paredes se deshacen a su paso. Si alguien, un barrendero, por ejemplo, buscara reflejarse en ellos, no hallaría más que la imagen de un OVNI a punto de estrellarse. Es una cosa horrible.
Desafío mortal III (1980)
Escena añadida en el Director’s cut.
En el desierto me hablaste en lenguas y me ofreciste una manzana en llamas. Al anochecer, cuando los lobos con sus aullidos suturaban el cielo, descubrí que eras un holograma.
Kamikaze satánico (2007)
Escena 2
En un poema sin salida encuentro versos que al dejarlos caer al suelo suenan como latas de cerveza vacías. Las mujeres que cabalgan sobre las frías avenidas, impúdicas y de ingenio irresistible, me hacen querer matar un Beatle. Desenvuelto, como en el último día del universo, las persigo desnudo y feliz. El poema sin salida se convierte de repente en la Mars Polar Lander diez minutos antes de perder contacto con la Tierra.
Solaris (1972)
Escenas 21, 27, 28
Podrás encontrar los pasos que diste buscándola, en el mismo orden e igual profundidad, en el interior de la nave. Síguelos hasta el templo de piedra, donde su imagen, imperecedera, te destruirá los nervios.
No intentes regresar siguiendo en sentido contrario los mismos pasos pues multiplicas los inicios.
Una mujer bajo la influencia (1974)
Escena 31
Tus clavículas no se rinden, las repaso con los dedos y me comprometo a hablar bien de ellas en público. Son mejores que una súper máquina del futuro que te mate de la risa.
Los océanos de Marte (2014)
Escena recreada digitalmente.
Memorizo los nombres de los reptiles para evitar amarlas. Mujeres sentimentales como detectores de metales, efusivas y tristes a la vez. Constantemente callan para siempre.
Carreteras secundarias (1967)
Escena 29.
Atravesarás el desierto en un Mustang rojo con una tormenta eléctrica sobre ti y una canción infinitesimal de Johnny Cash en el dial. Los cazadores de búfalos cerrarán los ojos cuando crucen por tu camino. Desobedecerás las instrucciones de los meteorólogos, confirmarás con el sabor de tu saliva que estoy hecho para caer de rodillas en el campo de batalla, reluciente y afásico, rodeado de luces de neón.
En la noche girarás en círculos, aprenderemos con rigor que estamos hechos el uno para el otro.
Perro fantasma (1951)
Escena 102
Ante la persistencia de la derrota siempre estoy de mi parte. Solo puedo levitar si tengo clavos en los ojos, y no puedo confiar en los que están en paz consigo mismos. La felicidad te reclamará a través de ese animal de presa que escarba en la noche buscando la luz.