«Herejías de sobremesa», y otros poemas de Filipo Becerra Fuentes

Ilustración de William Blake.

 

En nuestra edición de abril-mayo de 2022: El Mal, les presentamos una serie de poemas de Filipo Becerra Fuentes (*).

 


Aerolito


Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día primero
Génesis 1:5


Fue al amanecer
lo recuerdo
cuando Dios se vino abajo
triste aerolito tísico
piedrita enajenada
estrepitosamente cayó
rodó por tierras labradas
enseñando sus colmillos
dando aullidos de dolor
los hombres las mujeres
temerosos lo esperaron
con cestos y canastos
recogieron los nombres santos
sacros apodos mágicos
que famélico desprendía
tras cada golpe y alarido

Posteriormente
los hombres las mujeres
formaron un gran círculo
encendieron una hoguera
quemaron cestos y canastos
su carne blanda cocinaron
comieron bebieron
luego fueron a sus casas
se arroparon en sus camas
pronto oscurecería
todavía lo recuerdo

 



Arte poética

Los poemas
no son hijos
que uno tiene
ni es la escritura poética
un parto

No es uno madre de sus blasfemias
o sus duras dilataciones
en vida

Son más bien
como uñas
que uno corta
porque crecen
cosa al fin inevitable

Es algo que uno cercena
porque ha emergido y
no se puede aguantar más

Pero hijos
no son

 



Cine B

Qué se puede hacer salvo ver películas
La Máquina de Hacer Pájaros


Comencé a editar los cortes
cuando la vida se tornó una cinta de autor
de escaso presupuesto

Papá no me enseñó a afeitar ni me habló de sexo
mamá fue madre antes que mujer
si bien nunca quise lastimarnos

Me saqué el Servicio por un ovillo en mi cabeza
desde entonces debo tomar
tres pastillas al día

Una noche de hospital me urgió no estar conmigo
el pulso era una débil melodía invernal
de amplitud modulada

Me comí un equeco enfermo de cáncer
que tomé de la alacena de la abuela
ahora se traslucen mis intenciones

Me fui a dormir esperando la última guerra
desperté a mitad de camino
en medio de un poema

 

 


Herejías de sobremesa

Nos dejábamos caer
como polillas hambrientas
era noche de herejías y uno de nosotros pudo morir
tumbado sobre la mesa o bien cortado de excitación
a gramos del amanecer
a un gramo de besarle los dientes a Dios
tan poderosos e insufribles como cuando nacíamos recién
en cualquier caso indiferentes al amor y sus resacas
o al dolor nauseabundo que expelemos cabizbajos
colgando de puentes que desaparecían ante nuestras narices
tumbados sobre la mesa los simios herejes nos despoblamos
enfrentamos sin espanto al filo de nuestros demonios
quienes siempre pueden
con una más
solo una más
vamos dale
una más
solo una más

Uno de nosotros pudo morir
pero esa noche no hubo bajas
así fue como celebramos
camaradas todos
yéndonos en calma y descarrilando como cometas
sepultando sobre una indócil fastuosa mesa de centro
nuestras pobres y elegantes
abyectas aspiraciones

 



Humedal I

He vuelto a besar la herida
donde la mosca puso los huevos
afirmo pruebo la carne
donde la mosca puso los huevos
afirmo muerdo los labios
colmillos maltrato apetito
hocico fatiga dolor
donde la mosca puso los huevos
afirmo beso la larva
afirmo escarbo me hundo
me inundo en el humedal
abierta veta de agua
dulce bebida infecta
en ella caigo y propago
me esparzo allí me ahogo
donde la mosca se posa y come
macero frutas maduras
donde la mosca se posa y come
mastico carnes jugosas
por montes de tierna pulpa
escupo mis libaciones
caudales que enmudecen
el aullar celoso de otros perros 

 

 

Moscas

Then am I / A happy fly, / If I live, / Or if I die
William Blake


Te digo
nací para ver las moscas
nací para no hacer nada
en la vida

Con decirte que
algunas tardes de sol tibio
la muerte me sabe insípida
como el agua clorada
de las llaves
de la casa

¿Qué moscas vine a hacer
(qué mosca vine a ser)
o es que venimos a deshacer
nos? 

 

 


Pez gato

Lo vi más muerto que vivo
lo vi dar saltos de pez
gato fuera del agua

Lamenté
salir a comprar
lamenté caminar
pero tan despacio lamenté
fumar mirando los autos pasar
veloces

La señora a quien pregunté
si el gato era suyo
respondió que no lo era
y corría la sangre
por mis manos
para seguir preguntando huevadas

Dejé al bicho en una zanja
pasé a casa de los primos
lavé mis manos
di las gracias
compré pan
volví a casa

Esa tarde fumé demasiado
nadie se percató
porque fumo demasiado

 


(*) Filipo Becerra Fuentes (Quillota, Chile, 1987) es poeta, ensayista y editor. La lectura y los talleres, entre otros, lo han formado en la escritura. Licenciado en Arte por la Universidad de Playa Ancha, también se desempeña como artista visual. A publicado la plaqueta Rocas Ígneas (GS Libros, 2018), también recogida en la antología digital Colección Concreto (G bros, 2020), y ha participado en las Clínicas (2013 y 2016) del Festival Internacional de Poesía de Valparaíso «A Cielo Abierto».

Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

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