En nuestra edición de julio-agosto, Lo habitado, les presentamos una serie fotográfica de Katherin Patiño Aristizabal y Fabián Cifuentes:
De las grietas en las paredes brota de la nada un jardín, de inexplicable fuerza aferrada a unos cuantos ladrillos a punto de caer, aferrada a las escaleras y a los cuadros. Una morada me espera cada día, las superficies que recorro son tan conocidas ya. Entro a un sitio que es mi yo momentáneo, pues se hacen ritualitos trimestrales de destejer la casa, de deshilarse a uno mismo; acumular trastos, sillas, recuerdos, para luego empacar la vida en una caja; reorganizar todo, otra vez. La casa no es una casa cualquiera que yo circulo tránsito.
Qué mala costumbre la de nombrar todo para darle a entender al mundo nuestro sentido de pertenecía hacia las cosas, la de acomodar una y otra vez el lugar desde la entrada hasta el último pasillo o rincón. Todo toma forma, una forma con nombre que luego desaparece tras las migas que se comen los ratones, huéspedes que cuando entras quedan de patitas en la calle. ¡Ah! Qué pobre ser cosificado a la miseria. Otra jaula nueva donde guardaré recuerdos de vivencias en el patio y las tardes de vino y café. Cada espacio de la casa ha tomado un poco de mí, como yo de sí. Soy esta casa con puertas y ventanas, mañana me habré ido y será otra vez un espacio que desaparece. Otra fotografía cuidada del lugar que fui.
Modelo: Laura Zapata Ocampo.







