Les presentamos una serie de poemas de Julio César Plata Rueda (*) en nuestra edición de diciembre de 2022: La ausencia.
Paisaje
Vaivén de las ramas,
árboles como cuerpos sometidos
al ritual de la tarde
es el viento quien silva en lo alto
y repite el murmullo del tiempo
es la luz quien encamina su ausencia
y precipita el regreso —de todos—
es el instante
la tierra que se acomoda dentro, como recuerdo.
Nostalgia como pregunta
¿Bajo qué sol
el cuerpo fue cuerpo
y no conjunto de ausencias?
Terapia intensiva
Al borde, siempre al borde
la mano sostiene
algo que no está
¿morir es de nuevo engañar a la vida?
Otro tipo de ausencias
Como la pequeña pieza
en el mecanismo que no anda
pequeña, sofisticada, inexistente.
En el pasado hay un futuro muerto
(Línea de Eduardo Cote Lamus)
Y los años no se dieron, no dieron, solo pasaron,
y si hubo el desastre,
y el cuerpo quedó con marcas de otros cuerpos,
y la suerte no fue echada (porque nunca existió)
y las noches se volvieron cortas,
y toda fe murió ante lo obvio,
y lo posible se volvió recuerdo de lo imposible,
y la lluvia ya no agrada la tarde, solo moja el regreso,
y los campos son extensiones de un sueño ajeno,
y ya no llegan cartas, ni hojas blancas, ni silencios,
y el grito es ahora solo para en caso de emergencia,
y las manos siguen la sombra de otras manos
quizás de ellas, quizás en círculos.
¿Qué es de nosotros en nuestra ausencia?
Volver sin darse cuenta,
hay un lugar extraño en la punta de la palabra,
manchas de desesperación en paredes escasas,
admiración y odio mezclados sin memoria,
miedo con fuga humedeciendo los párpados,
recuerdos de quien era antes que fuera,
el peso de la espada que se clavó
sin querer en la espalda del que no está,
un grito desesperado en una carne que ya no siente.
A lo lejos
todo cuerpo podría ser el tuyo,
como todo edificio maltrecho
un buen lugar para vivir,
como toda canción la precisa para ambientar
la muerte de las horas,
como toda comida grasosa la mejor cena,
como todo grito de vagabundo la mejor señal
para no pensar en nuestras manías
a lo lejos
en la otra cuadra
podrías ser tú
no otra, no esta soledad
No fue hogar
lo que habitó en tu sangre
hoy no creo
en lo que circula
en mi cuerpo
en una casa del ayer
te veo como mi padre
me ves como tu hijo
nos mentimos a futuro.
Madre
conozco la palma de tu mano
pero no el lugar
donde albergas mi niñez
madre,
ayer fui quien quise ser
hoy me desconozco
madre,
extraño cuando anhelabas mi futuro
donde yo era otro, y volvía
donde tú me esperabas, y no te dormías
madre,
tú sigues viviendo donde yo viví
tú sigues aquí, pero no te veo.
(*) Julio César Plata Rueda. (Zapatoca, Colombia, 1997). Poeta emergente, la mayoría de su obra se encuentra en redes sociales. Textos suyos aparecen en revistas como Literariedad y Hoja Negra, también hace parte de la antología digital Quemarlo todo (Editorial Sátiro, Bucaramanga, 2021). Su primer poemario, Pestañeo (2022), fue autopublicado con AutoresEditores. Ha participado en algunas lecturas poéticas en parques de su ciudad. Su poesía es transgresora y no sigue convencionalismos.
Solo puedo decir que me conmovió la poesía. Palabras que asumen ausencias Palabras que invitan a leerlas