El roce sutil de una brizna de viento. La mirada ágil del animal que contempla y recela, que merodea y corteja. El sinsentido que queda después de la penetración y el sexo agobiante.
Los vestigios del despertar al sexo que quedaron grabados entre pupitres de escuela. Las huellas garabateadas de una mujer que promete recibir al otro y entregarse ella. El milagro del amor entre dos hombres.
¿Qué línea va de Bertolucci a Deleuze, de Marlon Brando a Roland Barthes? Este ensayo de Eduardo Sabugal* propone una lectura heterogénea del famoso (y escandaloso) filme que revolucionó la historia del erotismo en el cine.