En ‘Las Horas Secretas’ de Ana María Jaramillo toda la telaraña de hechos irá a desembocar al Palacio de Justicia. La tragedia –que es una sola– asume dos perfiles consustanciales.
Treinta años después del Holocausto estas voces de la ficción parecen más reales, dolorosamente más sinceras, que aquellas que dan discursos vacíos hoy por los televisores.