Tres poemas – George Pellegrini

Flor de poema. Imagen: Turinboy

Les presentamos tres poemas poliédricos, en donde se ven casi todos nuestros rostros, de uno de los grandes poetas del continente.

 

 

La mujer del norte

 

1.

Pedí al sol que me enviara una mujer del norte,
con alas boreales y hálito de estrellas.

Pero ella llegó vestida de ciprés y polvo,
y con una sonrisa de luna.
Me dijo que venía de un mundo tan antiguo cuanto los primeros dioses.
Sangraba, como la tierra, en manantiales,
para decirme que venía fértil,
que en su sonrisa lunar
se podría esparcir las semillas de la poesía,
de la vida,
de la luz y de la noche.
Y eso la tornaba sobrenatural e inabarcable…
Jugó con mis ojos y flotó sobre las otras presencias de la casa.
Besó mi boca dominando mis manos tiernamente,
y se fue en su silencio de diásporas…

 

2.

Aprendí, con la mujer del norte
que para caminar juntos más vale
llevar en la mochila mecheros y tabaco
que cuerdas y aspirinas

Que a veces necesitamos coger otro sendero
para que respire el sueño

Que los veranos tienen trampa en su seno
hace falta aire y mañanas
y campos de Montiel

Que las demasías abundan
lo demasiado bello está cerca de lo feo
el querer en demasía es acercarse al abismo de tus miedos
que el sueño imposible es
a la vez
puñal y frontera
y un manojo de límites

Que no hay que amar solo al bosque
con sus sátiros, gnomos y hadas
pero también la pradera desnuda
la montaña helada
el arroyo perene
porque solo árboles
no conforman un paisaje

Que la geografía del corazón es tierra de nadie
sin reglas (ni héroes)
sin leyes (ni escondites)
y siempre (siempre)
vence el más fuerte.

 

 

Filos

 

Desearía tener un cuchillo
Que pudiera cortar la noche
En dos partes iguales:
Una para cantar
beber,
follar,
soñar…

La otra
para asombrar.

Desearía tener un cuchillo
De lados acero y poesía.
Uno (afilado) para marcar
esculpir
abrir
cocinar…
el otro (ciego),
para matar.

 

 

Permanencia (o una canción palestina)

*
Te traigo estas flores frescas
sacadas del matorral que nació en el aula
de tu escuela derruida.
Las pocas paredes de pie todavía guardan
los coloridos trazos estudiantiles
y el eco de tu sonrisa.
*
Todavía te siento aquí
y tu presencia es más intensa
cuando viene la lluvia
Las gotas repicando en el patio parecen tu suave voz en oración
*
¿Qué puedo decirte, mi pequeño milagro?
¿Ahora que estás dormido
bajo esta tierra sin limoneros?
Los días amontonan desgracias
y nos enseñan la fragilidad del tiempo
Pero aquí, en este mismo lugar,
ahora ahogado en sangre y odio,
hubo un campo de luciérnagas,
hubo música y arte
y un jardín que anunciaba alumbramientos.
*
A veces escucho clamores y bombas,
pero no son los de ahora.
Son antiguos y familiares, pero no son míos,
una herencia maldita de mis antepasados.
A veces escucho el ruido del imposible.
*
Tu presencia incorpórea
va ocupando el espacio de las calles destruidas:
el olor de tu hálito de niño
cuando decía «te quiero»,
tus pequeños dedos maestros
en el dominio de las canicas,
aquel cochecito de madera y hojalata
que un día tú ingeniaste
van llenado los huecos de las casas, el vacío de las plazas.
Y tu voz, mi amor,
sigue atrapada en el viento
y va y viene…
y viene y va…
*
Ayer, mis lágrimas cayeron sobre el polvo
hasta agotar mi océano interior.
Es que el viento no trajo tu voz repitiendo mi nombre en aleteo…
El viento, mi pequeño milagro,
trajo la carcajada insana de los villanos.
*
Hoy mi corazón está herido
pero hay silencio.
Ya no oigo estampidos ni truenos
ni el llanto interminable de mi vecino, el hortelano.
No escucho el repicar de la lluvia en el patio destruido
ni las carcajadas podridas de los verdugos.
*
Hoy mi corazón está roto
pero hay silencios
y lo único que siento, por dentro,
es el aleteo de tu voz
en canción…

 


George Pellegrini. Mascote, Bahia (Brasil). Actualmente es profesor de Literaturas Hispanófonas de la Universidad Federal do Pará. Fue director de políticas editoriales de la Editorial de la Universidad Estadual de Santa Cruz. Ha publicado «Las Confesiones de Plomo» (Prêmio de poesía Belém do Grão Pará 2014). Tiene poemas y relatos publicados en varias antologías, como «Novos Poetas da Região Cacaueira da Bahia» (1986); «Diálogos, Panorama da nova poesia grapiúna» (2010). Ha sido vencedor  de los premios: Jorge Amado (relato); Castro Alves (poesía), José Bastos (poster-poema), Kiononia Sul (poesía), entre otros. Ha publicado ficción, poesía y ensayos literarios en periódicos y revistas especializadas.

Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

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