Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles

«Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles. Es ese mundo falsificado y artificial que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo…»

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Argentina, (1903-1973)

Por: Aldo Pellegrini [1]

La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes. No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes. Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder. El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.

Por supuesto, es el pueblo el poseedor potencial de la suprema actitud poética: la inocencia. Y en el pueblo, aquellos que sienten la coerción del poder como un dolor. El inocente, conscientemente o no, se mueve en un mundo de valores (el amor, en primer término), el imbécil se mueve en un mundo en el cual el único valor está dado por el ejercicio del poder.

Los imbéciles buscan el poder en cualquier forma de autoridad: el dinero en primer término, y toda la estructura del estado, desde el poder de los gobernantes hasta el microscópico, pero corrosivo y siniestro poder de los burócratas, desde el poder de la iglesia hasta el poder del periodismo, desde el poder de los banqueros hasta el poder que dan las leyes. Toda esa suma de poder está organizada contra la poesía.

Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles. Es ese mundo falsificado y artificial que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo: cortinados, bibelots, joyería, y algo así como la poesía. En esa poesía que ellos usan, la palabra y la imagen se convierten en elementos decorativos, y de ese modo se destruye su poder de incandescencia. Así se crea la llamada «poesía oficial», poesía de lentejuelas, poesía que suena a hueco.

La poesía no es más que esa violenta necesidad de afirmar su ser que impulsa al hombre. Se opone a la voluntad de no ser que guía a las multitudes domesticadas, y se opone a la voluntad de ser en los otros que se manifiesta en quienes ejercen el poder.

Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos. El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma. Recurre a la palabra, pero busca en ella su valor originario, la magia del momento de la creación del verbo, momento en que no era un signo, sino parte de la realidad misma. El poeta mediante el verbo no expresa la realidad sino participa de ella.

La puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo: se defiende por su calidad de incandescencia. Sólo los inocentes, que tiene el hábito del fuego purificador, que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la realidad.

La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.


[1] Para contribuir a la confusión general. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1976. Pág. 89.

 

Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

22 comentarios sobre “Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles

    1. Texto magistral!!!. Gracias Pellegrini por no dejarnos zozobrar en este mar de imbéciles ahogados por la estulticia. Me llena de esperanza pues logras convencer de que la inocencia es nuestro valor mas preciado y que somos unos privilegiados cuando reconocemos esa heredad de nuestros padres nativos, desde siempre vilmente atropellados. La tarea para la poesía es ardua. Pero que vivan las utopías.

  1. ¡Qué buen texto de Pellegrini! con una actualidad pasmosa, si se piensa en la moda actual de la poesía! o en la moda de ser poeta.
    Y felicitaciones por esta páginas que no conocía.

  2. Esto es una joya, una maravilla… y un descrubrimiento para mí.
    Desde el título hasta la frase final… ¡una gozada!
    Gracias, gracias, gracias…

  3. Noble es el acto creador que me hace libre… Sin olvidar de todos la inocencia…Brindo por el poema del amor, los versos del bardo «el sol es comunero» y en los silencios de impares, en las orillas del agua, el sueño en las arenas me devuelve al origen y la mano del batracio roza el infinito…

  4. El Comentario de Pellegrini me parece acertado, pues aun mentes abiertas a otras instancias literarias, son capaces de cerrar su mente a la verdad plasmada en la poesía porque la consideran cursi o no son capaces de encontrar la belleza que ella encierra.
    Otras veces la comprensión de la poesía no llega porque la pate humana , la sensibilidad está lejos de las almas nobles o innobles , pero carentes de eso don tan especial que se llama amor.

  5. «Para examinarnos como somos realmente y esa realidad es en efecto más bien ilusoria – necesitamos humildad; no la severa humildad cultivada por un hombre vanidoso, no esa severidad del sacerdote o del disciplinante. Necesitamos humildad para mirar de otro modo. No somos humildes por naturaleza. Somos más bien arrogantes, creemos saber mucho. Cuanto más envejecemos, tanto más arrogantes llegamos a ser, más audaces. No hay humildad donde hay un juicio, una valoración, una hipótesis de lo que deberíamos ser, una ideología, una fórmula».

    Jiddu Krishnamurti

  6. La poesía puede ser persuasiva, domadora, educadora, seductora que de modo sutil atraiga como trampa a ese imbécil y logre transformarlo, no olvidemos que la POESIA es un arma de construir futuro…INCLUSIVA.

  7. Excelentes reflexiones, crudas, profundas, lacerantes pero a la vez, esperanzadoras. La poesía es el lenguaje de la soledad, no la que duele y espanta sino la que llena e inspira, la que desnuda y viste, esa que despierta.
    Es un mundo colapsado, agotado y asfixiante pero allí, el poeta cae en el abismo de sí para beber del verbo que lo devuelve al portal de las alas de seda. Saludos escritor, sublime.

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