«Nos acechan», poemas de Andrea Duque

Foto:Fred Herzog, 1959

 

En nuestra edición de marzo-abril de 2021: Pájaros del día, nuestra edición de octavo aniversario, les presentamos una selección de poemas que, observándonos desde las hendijas la noche, como estrellas acechantes, se saben también observados, de la poeta colombiana Andrea Duque (*).

 

 

Multitud

Mil ojos deletreando las paredes,
acciones y ficciones,
sombras ocultas persiguen tu andar;
la condena permanente
de tu añorar y el entretener continuo de tu existencia,
esa es tu nueva realidad.

 

 

Capricho

Cuerpos danzantes
inmersos en deseo,
pieles sensibles húmedas de tacto,
labios entreabiertos,
babeantes, sofocados.

Invisibles ojos que se embelesan
y observan con precisión.
Mano desbordada,
incontrolada al pálpito,
busca su entrada al desenfreno.

Y ellos insufribles y placenteros,
calientes e inocentes,
vívidos y excitantes.
La función total del desenfreno
y el entretenimiento en carne viva.

 

 

Perspectiva

Cardumen de contemplación aguda
pisa tus pasos y los lame.
Huele tu sabor a incertidumbre,
se alimenta del ruido de tus dientes,
saborea tu piel de ignorancia
y disfruta tu color a circularidad.

 

 

Visiones

Nos observan,
ellos, siempre,
tras los vidrios,
tras las luces,
los árboles
y los escenarios.
Nos observan,
tras los lentes desquiciados,
tras tu caer continuo de pantallas,
tras tu ignorancia y los hilos invisibles.
Nos consumen,
se alimentan,
se nutren,
te desvirtúan.

 

 

Tras el cristal

Se deslizan los retratos en sus dedos,
uno a uno como un río
en vertical y deprisa.
Miles de colores
movimientos y sonidos,
ojos, bocas y orejas.
Canturrear de frases a medias,
formadas de incompletos versos y sílabas,
despedazadas de delirio
y el hilo tejiéndose en el pensamiento.
El brillo del móvil frente a sus dientes
y la disposición absurda
de inventar otra historia.

 

 

La hendija

La humedad a goterones
se desliza en medio de sus piernas.
El fulgurante deseo
la atrapa y la ensueña.
Sus ojos penetrantes,
estáticos, embelesados
observan aquellas bocas,
que entre humedades se encuentran.
Las manos acariciando
trozos ardientes de piel
y ella vívida entre una hendija
sueña una vez más
que saborea el azul,
que entre fragmentos de cuerpos
deleita su miseria,
tras una pared.

 

 

Caminante

Abiertos sus pasos al sin rumbo,
son un trazado de imágenes,
cual flashback cinematográfico,
que Ilumina sus sienes.

Y el recóndito deseo
del infinito producente de su andar,
la oscuridad de la noche
que se deslíe en su pelo.

El despertar del alba
Iluminándole los dientes,
las contraproducentes calles
infinitas que se agrandan ante sus pupilas.

El lagarto de piernas excitadas,
hambrientas de historias,
devora los caminos
sin descanso alguno.

 

 

Ninguno

Tú al otro lado del cristal,
yo soñando con tocar tu piel.

 

 

Observatorio

Vuelan entre ventanas,
calles, árboles y soles.
Nadan entre la bruma
espesa de la congestión.
Se arrastran entre tus pies
como gusanos observantes.
Eres la escena principal
en el telón corpóreo de devenir.
El actor desdibujado, complaciente,
impreciso y burlesco de sus historias.
La calamidad inconclusa
el objeto central de la función.
tu vida en un par de bocas,
saboreada por mil oídos,
impregnada en olor a desconocido.
Tu existencia es la entretención
fugas de la vista inquieta.
Eso eres, lo efímero e inconstante
en sus labios.

 

 

Óptica

Movimiento,
subir y bajar de pasos que se escuchan,
el corretear disparatado
y la sutileza de los ojos,
en los corredores,
en las escaleras,
tras el muro que cobija tu cuerpo.
La incertidumbre de tu vientre
bajo una sábana transparente,
y tu mente intentando trazar
cada uno de sus rostros,
pegados a tu ventana,
el desespero continuo
por arrancarlos de tus pupilas.
Porque las estrellas en la noche
nos acechan, se convierten
en agujeros que te observan,
en una película que se repite.

 

 

(*) Me llamo Paola Andrea Duque, nací en Armenia, Quindío, entre el olor de los libros, el sabor del café y un par de bambucos. Soy profesional en Estudios Literarios con énfasis en Creación Literaria y Corrección de Estilo de la Fundación Universidad Autónoma de Colombia, tengo un diplomado en Corrección de Estilo y Edición Digital de la misma universidad. También tengo un curso en Corrector Tipográfico, con la editorial Penguin Random House. Las letras son el respirar continuo de mi alma, el surcar entre versos, palabras y símiles son mi constante devenir.

Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

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