Narcolepsia empieza en casa

Foto: Andrés Felipe Rivera.

«Narcolepsia». Redactores Nucleares. IX Muestra de Teatro Alternativo de Pereira, 22 de julio de 2017.

Por: Juan de Dios Diosa

Señores

Redactores nucleares y performers de Narcolepesia

(¡Respetadísimos ilusos!)

Reciban un saludo fraternal de alguien que no los entiende.

Considero que el fracaso y  los artistas van de la mano porque son igual de pretenciosos. Hay artistas que son doblemente pretenciosos cuando dicen que van a fracasar mejor. A mí por ejemplo, que soy el dictador, El Generalísimo güeva,  que he renunciado a unos trabajos lindos y de buena plata en este cuchitril que se llama Pereira me da por decir que lo hice porque quiero escribir mejor. Sepan que no voy a escribir mejor, al contrario. ¿Saben ustedes por qué es útil ser un Cabal («¡Estudien, vagos!») mediocre? Porque a nadie le importa y si uno sabe que a nadie le importa pues extrañamente se esfuerza más.

Si a la gente no le importan los que nos gobiernan desde las sombras (tono de ultratumba), pero en  el más estrepitoso mercadeo (Narcotráfico), ¿qué le van importar un grupito de 10 personas que dicen que hacen terrorismo poético con la jeta y la identidad escondidas tras pasamontañas con flores, en una casa con la energía pasada de mala por todas las muertes, violaciones sexuales, picazones de cuerpos, festines caníbales con bebés recién nacidos, franelazos, colgadas, cagadas, vomitadas, descolgadas, mamadas, que debieron haber pasado allá (no dejen de ir a Vértigo Paintball)? No les importan. Menos si les recuerdan, con varios putos vídeo beams, que asisten a la representación de su cotidiana infantilización promovida por la tv y otros medios; yo sí como soy un aprendiz de mediocre, un pedazo de todo lo que ya he dicho, quise ir a su performance. Les confieso que me asusté antes de salir de mi casa, pensé: ¡¿caminar en la noche por la carrera novena con calle catorce?! Me recordó la vez que casi pierdo la virginidad cerca de ahí con una de esas nenas. ¡Qué susto!

Lo reconozco, el lugar es preciso. Llegar es la primera acción. Ya en la casa, es decir, en la catorce con novena, este perdedor ayer se sintió haciendo dramaturgia en una de tantas repasadas por el lugar y las acciones de los performer,  se ubicó en una parte de la casa donde podía oler, tocar, ver y oír cosas diferentes al mismo tiempo (casi bailó), en varios cuadros no artificiales que estaban por toda la casa,  mientras, seguía manejando medio borracho un carrito de control remoto  que me hizo sentir como todo un drogo. Pero eso yo, que me parezco a ustedes y sé manejar carritos de control remoto. La gente no. Mejor no le insistan, es pendejada, de verdad. Menos a  esos poderosos altruistas selectivos que representan a los de las sombras: háganme caso: ¡Denuncien! ¡Renuncien!

Gracias por la atención.

Atentamente: el que se ensució el pantalón y la camisa ayer con toda esa mierda que tenían untada en las paredes (¿Qué era?).

Literariedad

Asumimos la literatura y el arte como caminos, lugares de encuentro y desencuentro. #ApuntesDeCaminante. ISSN: 2462-893X.

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