Imagen de dos poemas
Les presentamos dos poemas suspensivos, dos flechas en llamas lanzadas desde el campo de batalla hacia la pasividad del mundo, la guerra que somos cuando estamos en paz, de Verónica Aranda.
X
Por qué nos cuestionamos
el sentido del caos
si todo el universo se sustenta
sobre el caparazón de la tortuga.
Si somos vulnerables
Y, a la vez, resistimos.
Si la contemplación
nos devuelve a las márgenes de un río
donde las lavanderas poseen el mediodía
y la tregua del tiempo
es un sari secándose en las rocas.
de Épica de raíles
XIII
La vida sedentaria
es un circulo lleno de alacranes.
Conocí a una mujer en Rishikesh
que buscaba el consejo de un asceta.
Tendió la ropa en azoteas lúgubres
y escapó de sí misma, de la selva
en un expreso lento.
La despertó el frescor de los magnolios
en las gargantas donde nace el Ganges.
Ató cada renuncia a un hilo rojo.
de Épica de raíles
Verónica Aranda. Madrid, 1982. Ha vivido en Italia, Bélgica, Portugal, India y Marruecos. Ha publicado los libros de poemas: Poeta en India (Premio Joaquín Benito de Lucas), Tatuaje (Premio Antonio Carvajal de poesía joven); Alfama (IV Premio Margarita Hierro), Postal de olvido (Premio Arte joven de la Comunidad de Madrid), Cortes de luz (Accésit del premio Adonáis 2009), Senda de sauces. 99 haikus, Café Hafa (Premio Antonio Oliver Belmás), Lluvias continuas, ciento un haikus. Y la traducción de Poemas de los Himalayas de Yuyutsu RD Sharma.