Marcel Schwob o la poesía de la erudición. Por: Pablo Montoya

Marcel Schwob. (Foto tomada de enriquevilamatas.com).
Marcel Schwob. (Foto tomada de enriquevilamatas.com).

Por: Pablo Montoya*

Marcel Schwob fue un escritor raro y exquisito. La historia lo atraía, pero no en su enunciación oficial, sino en los intersticios donde la imaginación se mueve libremente. Y más aún que la historia, le interesaba la poesía que hay en toda existencia pasada. De esa mezcla, de la historia y la poesía, surge una de las obras mayores de la literatura francesa. No es una obra  extensa, pero es una obra acabada, y sólo eso es lo que debe pedírsele a un escritor. Tramó cuentos y ensayos y a ellos los ha rodeado siempre una secreta red de lectores devotos. Estos últimos tampoco son muchos, pero lo suficientes para que su obra permanezca en el tiempo. Acaso resulte excesivo afirmar que Schwob es un escritor olvidado. Más acertado es decir que todavía no ha encontrado su justo lugar. Pero mientras lo encuentra, su nombre sigue pronunciándose con la veneración que suscitan los círculos iniciados. A su obra la han elogiado algunos de los mejores. Paul Valéry le agradeció por ser el único que lo estimulaba en la lucidez. Los Goncourt lo consideraron como el gran resucitador del ayer. Jules Renard lo llamaba el indescifrable, el hombre sabio y desesperado. Para Alfred Jarry era simplemente el que sabe.

Con todo, sus cuentos inolvidables de Corazón doble, El rey de la máscara de oro y Vidas imaginarias pasaron desapercibidos durante años. Tal vez se deba a Borges, entre nosotros, su descubrimiento cuando afirmó que su narrativa había surgido con la lectura de Vidas imaginarias. Y, en realidad, es a Schwob y no a Borges a quien se debe la feliz certeza de que puede existir poesía en la erudición. Y también el hecho de que, desdibujando las fronteras de los géneros literarios, surge una literatura renovadora e inquietante. Vidas imaginarias, su obra maestra, propone el cuento como poema en prosa, como narración y ensayo. Schwob, igual a Borges, creció entre los libros de una biblioteca familiar, se extravió en ellos y concluyó que ser escritor es sobre todo ser lector. Amó profundamente la literatura anglosajona, el argot de los maleantes medievales, la vida de los piratas. Y en remotas existencias de poetas, filósofos, sacerdotes y pintores supo hallar las claves del presente. Pero a diferencia del argentino, a Schwob la muerte lo sorprendió con rapidez. Murió a los 39 años de una neumonía. Desde la adolescencia lo atribularon las enfermedades. Intentó curarse con varias operaciones que resultaron nefastas. En cambio, con las palabras, con los libros, con los viajes que hizo a Londres y a Samoa en busca de la tumba de su admirado Stevenson, se prodigó un alivio fugaz pero más profundo. Dice Renard que Schwob, al morir, poseía el aire colérico de los muertos que son conscientes de su pronta partida. Falleció en su apartamento, en el número 11 de la calle Saint Louis en Îlle, en el corazón de París. En vano he buscado en la fachada una placa que lo recuerde.

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Texto enviado por el autor a Literariedad. Aquí más de sus textos en nuestro sitio.


Pablo Montoya. (Foto tomada de: cronicadelquindio.com).
Pablo Montoya. Foto: Adriana Agudelo-Toro.

*Pablo Montoya Campuzano
(Barrancabermeja, Colombia, 1963).

Primer Premio del Concurso Nacional de Cuento “Germán Vargas” (1993). En 1999 el Centro Nacional del Libro de Francia le otorgó una beca para escritores extranjeros por su libro Viajeros. El libro Habitantes ganó en el 2000 el premio Autores Antioqueños. Réquiem por un fantasma fue premiado por la Alcaldía de Medellín en el 2005. Ha participado en diferentes antologías de cuento y poesía colombiana y latinoamericana. Realizó estudios de música en la Escuela Superior de música de Tunja. Hizo la licenciatura en filosofía y letras en la Universidad Santo Tomás de Aquino en Bogotá. Igualmente, obtuvo la maestría y el doctorado en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos en la Universidad de la Sorbonne Nouvelle (París III). Sus traducciones de escritores franceses y africanos, sus ensayos sobre música, literatura y pintura, han sido publicados en diferentes revistas y periódicos de América Latina y Europa. Actualmente es profesor de literatura en la Universidad de Antioquia. Es escritor asociado de la Red Nacional de Talleres de Literatura (Renata) del Ministerio de Cultura de Colombia. Lee la biografía completa…

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